Convocados por la Plataforma Sí a la Vida, rechazan la «cultura de la muerte» implícita en la ley del aborto.
Decenas de miles de personas han salido a la calle este domingo en Madrid para defender la vida, «desde su inicio a su fin natural», y rechazar la «cultura de la muerte», implícita en la ley del aborto.
Tras el lema «¡Sí a la vida!», una marea verde ha inundado el centro de Madrid este domingo. Decenas de miles de personas (más de 50 mil de acuerdo a los organizadores) han ocupado el trayecto que discurre desde la confluencia de las calles Serrano y Goya hasta la plaza de Cibeles con un grito unánime contra el aborto y la eutanasia y los recientes cambios legislativos que los han facilitado y promovido.
Convocados por la Plataforma Sí a la Vida, integrada por más de 500 asociaciones provida, no han faltado consignas contra «las leyes que atentan contra la vida y la naturaleza humana», y los asistentes han portado pancartas con fotos de fetos humanos y lemas como «escucha el latido, te digo que estoy vivo», «la voz del corazón», «¿este es el latido que queréis ocultar?» o «ninguna madre se arrepiente de serlo».
A la cabeza de la manifestación, delante de la pancarta principal con el lema «sí a la vida», Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, ha rechazado la «cultura de la muerte, que no tendrá cabida en España», y ha dicho que la protesta persigue «mostrar la grandeza de la vida».
«Urge un fuerte ‘sí a la vida’ por los más inocentes y débiles —a quienes se considera un derecho quitarles la vida—, por las madres que necesitan ayuda en su embarazo, por quienes necesitan cuidados especiales en cualquier momento de su vida, por todos…» ha explicado, al arranque de la marcha, la presidenta de la Federación de Asociaciones Provida y portavoz de la plataforma organizadora, Alicia Latorre.
Sobre la actual Ley del aborto, Latorre ha dicho que es «todavía peor y más perversa de la que teníamos» y, en su opinión, «va a empeorar todavía más» porque «quita los derechos a los no nacidos y deja más abandonadas a las madres», por lo que espera que «desaparezca cuanto antes».
Preguntada sobre si consideran factible el aborto en determinados contextos como la violación de una mujer, la presidenta ha subrayado que el aborto «nunca soluciona el trauma de la violación» sino que «añade uno más» y ha opinado que, ante esta situación y » muchas otras», se deben «buscar soluciones especiales», pero «nunca quitar la vida» ni «abandonar a la mujer».
Se ha cerrado el acto con un simbólico recuerdo «de los no nacidos y todas las víctimas de la cultura de la muerte», a través de un minuto de silencio y la suelta de centenares de globos que han teñido el cielo madrileño de color «verde esperanza».
El manifiesto final
El manifiesto final ha reivindicado que «todo ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merecer su especial dignidad, desde sus concepción hasta la muerte natural«. Además, han querido »mostrar la grandeza de la cultura de la vida«, que es »generosa, acogedora, constructiva, alegre, que cura heridas, que no se rinde«.
Además, también han mostrado su repulsa ante las «leyes y prácticas que atentan contra la vida y la naturaleza humana en cualquier momento de su existencia». Asimismo han rechazado a los «negocios e ideologías que las sustentan» [estas normas], en una velada alusión a las clínicas abortistas y a algunos partidos políticos.