Vergüenza de Begoña | Luis Losada Pescador

Sánchez arrastra al PSOE al fango de ‘sostenella y no enmendalla’

Fango, lo que se dice fango es lo que practica ‘Su Sanchidad’ con su partido. En lugar de ponerse de perfil y esperar que escampe la tormenta ha optado por el órdago a la grande… sin cartas. Se lleva a su mujer a un mitin para forzar que sus ‘charos’ la aclamen: ¡Begoña, Begoña! Qué vergüenza…

¿Dónde queda el Código Ético del PSOE que exige un paso al lado en caso de imputación? En el cajón. Pero es que el ‘Cambiacolchones’ estando al borde del abismo ha decidido dar un paso al frente. Ya no es sólo Begoña la víctima de la máquina del fango de la ultraderecha. Ahora también Magdalena Álvarez es una víctima del fascismo que asola nuestro país. ¡Malena!!, ¡condenada con sentencia judicial firme! ¿El juez es fango?, ¿prevaricó? Demasiadas líneas rojas han sido traspasadas

Lo que estamos viviendo es un ‘remake’ de la escena de Felipe y Guerra en la cárcel de Guadalajara donde ingresaron Vera y Barrionuevo. Pero ya sin ‘pudor’ ninguno. Nunca se ha respetado la independencia judicial. Pero ahora se la ataca. Nunca han creído en la división de poderes, pero ahora están a punto de verbalizar que la concentración de poderes es más barata y eficaz… ¡Toma fango!

Y mientras se pone en marcha la máquina negacionista seguimos sin respuestas a las legítimas preguntas de la ciudadanía: ¿por qué Begoña firmó cartas de recomendación a una empresa que iba a participar en un concurso público?, ¿por qué se reunió con empresarios que poco después fueron rescatados con el dinero de todos los españoles?, ¿por qué Sánchez alabó a un empresario que posteriormente se convirtió en beneficiario de concursos públicos?, ¿por qué Begoña se apropió de un software contratado por la Complutense?

Los indicios son claros. El juez resolverá si son merecedores de reproche penal. Pero es evidente que son merecedores de reproche social y político. Porque lo que aparenta es que ‘Su Sanchidad’ y familia han montado un chiringuito para ordeñar el dinero público. Y eso no hay máquina negacionista que lo pueda tapar. 

Este domingo elegimos a nuestros representantes en el Parlamento Europeo. Pero en el fondo refrendaremos -o no- este negacionismo destructor de institucionalidad y convivencia. Por eso no cabe la pereza o la pasividad. Si Su Sanchidad logra salvar los muebles con la que está cayendo se sentirá legitimado para apretar el acelerador de la represión. Si se produce la esperada debacle serán los suyos los que se cobren la factura. Es nuestro momento.

Luis Losada Pescador | Periodista