Vendedores de crecepelo | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Lo de vendedores de crecepelo es parte de una frase, dentro del discurso de Joan Ramón Laporta Rosello en su comparecencia en Comisión en el Congreso de los Diputados. Comparecencia llena de “cositas” extrañas. No por parte del Ponente o Compareciente, sino por todo lo demás.

Empecemos:

Lo primero que llama la atención es que el vídeo que nos ofrecen para ver, no dispone de cabecera y finalización, como cualquiera que se presenta habitualmente de este tipo. Se nota que está cortado, sobre todo cuando empieza abruptamente, comienza prácticamente con la presentación del Curriculum del y por el propio compareciente. Lo normal es una cabecera de vídeo, una intervención del moderador y presentador de la mesa presidencial, con datos sobre la Comisión a la que pertenece, datos sobre la convocatoria y sobre todo presentación, tanto del ponente como de los diputados que van a interrelacionar con el ponente. Algo muy extraño, pues esta presentación la hace el presidente-moderador de la Comisión y no se auto presenta el ponente. Mosqueante.

La sala donde se celebra no es ninguna de las habituales para estos casos. Esta sala es muy pequeña y en ella apenas cogen, con el tema de la plandemia muy pocas personas. Quizás por eso solo hay tres personas como diputados para realizar preguntas. Curiosamente todas de partidos de izquierdas y próximas al gobierno social-comunista. Nadie más, ni de otros partidos de izquierdas, incluidos los que sujetan al gobierno, ni de centro o de la llamada derecha. Mosqueante plus.

Comienza el ponente y va desgranando una serie de conceptos, luego de hechos relacionados con acciones profesionales y finalmente llega a unas conclusiones que, a diferencia de las de hace un año, son contrarias a las posiciones oficiales del desgobierno de este país antes llamado España. Es de destacar, que mientras la más de media hora que dura su disertación, la cara, lo que poco que se ve de ella, de las diputadas social-comunistas presentes, va variando y de estar quietas y relajadas en los primeros minutos, van pasando poco a poco a una situación de movimientos descoordinados, desplazamientos dentro del propio asiento y movimientos finalmente de cabeza y extremidades que denotan dos cosas: nerviosismo e inseguridad.

No es para menos, pues el ponente, que se entendía que era de su cuerda ideológica y por lo tanto les iba a regalar los oídos, lo que ha hecho es desmontar en unos minutos la versión oficial del timo de la plandemia, el timo de las mascarillas y sobretodo el timo de la vacuna, que no es vacuna, pero que ha servido para mediatizar y llevar al pesebre a la borregada nacional. Todo su mundo de falsedades se les hunde alrededor y les llega el turno de preguntas. Es digno de verse. Es digno de contemplar como señoras diputadas balbucean, mueven desordenadamente manos y brazos, y como no saben qué decir, pues las preguntas se las habían preparado otros y ellas no son precisamente lucidas profesionales de la farmacología, la biología o la experimentación médica, las lleva al paroxismo de la estupidez. Hay quien se inventa las preguntas, y hace alguna de patio de colegio, pero la que más gracia me hace es la que mantiene el guion y simplemente realiza las preguntas que tenía y que eran para decir lo contrario de lo que expresa el ponente.

Y ahí es cuando merece la pena ver la cara del ponente, que incrédulo ve y oye a una diputada que le argumenta que si que lleva razón diciendo que la vacuna salva vidas, y el como si de una enajenada se tratase la recuerda que el no ha dicho eso, además de recordarla que aquí la actitud de mucha gente es la de los que con una carreta recorrían los campos vendiendo crecepelos, esto es textual, me refiero a lo del crecepelo, y vuelta el carro a la era, con afirmaciones, de “ verdad que las vacunas salvan vidas” y la respuesta de: si, las vacunas salvan vidas, pero esto no son vacunas, sino medicamentos transgénicos, y nada, otra y otra vez la misma cantinela hasta que el ponente, harto ya de lo que en los evangelios se denominan “vírgenes necias” está a punto de estallar, aunque decide dejarlas por imposible y pasar página.

Y es lo que hay, vírgenes necias, que se decía en los evangelios. Pero la cosa no acaba aquí, sino que yo continuo con lo que no cuadra, a saber: ¿Cómo es posible que todos los que han tenido algo que decir, digan que el vídeo está grabado en una comparecencia del 7 de febrero, cuando ha sido subido a YouTube, con esa fecha?. Además, queda claro que el vídeo no está editado adecuadamente, seguramente se ha preparado, pero una vez visto por el censor de turno el tema, o por indicación de las vírgenes necias, se ha procedido a su pase a “la nevera de vídeos”. De donde alguien lo ha sacado y entregado a las dos entidades que lo han colgado. Y ahí es donde aparece mi principal estupefacción.

El vídeo fue subido a Internet por dos webs de organizaciones feministas, independentistas y cercanas a Podemos. ¡Curioso!, sobre todo porque a quien pone a los pies de los caballos es a las inteligentes diputadas que allí aparecen. Si no fuese, porque todos los que estamos en este ajo, conocemos la estrecha relación, ojo he dicho estrecha, no buena, de las gentes que se van del desgobierno, con las que han entrado nuevas. Yo pensaría que los cuchillos vuelan. Ah se me olvidaba, inmediatamente censurado el vídeo en YouTube y “Ana la de las mentiras” lanza una increpación coránica, desdiciendo al blasfemo y denostando su persona. Donde dije especialista único, personaje esencial y científico insigne, pasamos, por ende de “maldita” a borrico y mentiroso. Y ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor

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