Ve a contarle a otro tus cuentos, porque a mis hijos los educo yo | Alicia Beatriz Montes Ferrer

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Los cuentos han sido desde siempre instrumentos muy eficaces para transmitir a los niños ideas, valores o modos de actuar. Utilizados muy frecuentemente tanto por padres como por docentes en los centros educativos, son prácticamente esenciales para complementar la educación. Y tal es su efecto en la mente del menor, que los ideólogos de la nueva visión sexual del ser humano, es decir, los promotores del género, no han querido desaprovechar la ocasión, y llevan años llenando las librerías de cuentos en igualdad de género o coeducación, que viene a ser lo mismo en contenidos. De esta manera podemos hallar cuentos que, de una manera aparentemente inocente, les explican a los niños lo malos que son los hombres porque no le dejan hacer las mismas cosas a las niñas que las que hacen ellos, como “Daniela pirata”, o “Mi princesito”, que ya imaginamos de qué va: un niño que quiere vestirse de niña. Muchos dicen que no tiene nada de malo, y digo yo, que no tendría nada de malo si no llega a ser porque se les está mostrando a los niños que no pasa nada por querer llevar ropa del sexo contrario. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que esto lleva a la aceptación del transexualismo desde la infancia.  

No vamos a encontrar estos libros solamente en las librerías o bibliotecas de los centros educativos. También hay asociaciones y ONGs que, bien subvencionadas, se dedican a entrar en los colegios para contarles a los niños estos cuentos. Son los llamados cuentacuentos que tanto a adultos como a niños nos gustan.

Sin embargo, como vengo apuntando, son un medio ideal para adoctrinar a los pequeños, por lo que los padres que no compartimos esta ideología que se quiere imponer a todos por igual, deberíamos de estar atentos. Y esto es lo que ha ocurrido en Velilla de San Antonio, una localidad de Madrid, donde la concejalía de Igualdad y Educación del Ayuntamiento, organizó dos cuentacuentos en su colegio. Varios padres se dieron cuenta que uno de ellos, para primaria, resultaba sospechosamente ideologizado: “Mi papá también es ama de casa”. Y alguno se preguntará ¿acaso un hombre no puede hacer tareas domésticas? ¡Faltaría más!, de hecho, las hacen muy bien. El peligro está en el cambio de sexo indirecto que se enseña: un hombre puede hacer las cosas que hace una mujer: puede limpiar, puede cocinar, pero también, según esta ideología, puede sentirse mujer o vestirse como ella. Lo que viene siendo la transexualidad. El pensamiento de los pequeños se va modelando y van aceptando esta idea tan perversa.

La denuncia llega por parte de padres del CEIP Valdemera de la localidad de Velilla de San Antonio que contactaron con el concejal de la localidad Pedro Jesús Espada, el cual trasladó el asunto a ECA, la Asociación Educadores Contra el Adoctrinamiento quienes pusieron en marcha los mecanismos legales pertinentes a través de sus abogados

La respuesta fue inmediata a través del Ayuntamiento de Velilla de San Antonio, que retiró dicho cuentacuentos del centro escolar.

Todo un éxito que demuestra como la unión hace la fuerza, pues la sociedad civil, nosotros, los padres, junto con el apoyo de las asociaciones que están surgiendo, podemos ser capaces de paralizar la maquinaria adoctrinadora.

¡Ve a contarle a otro tus cuentos, porque a mis hijos los educo yo!

Un saludo y hasta la próxima cita:

Alicia Beatriz Montes_ colaboradora AE Alicia Beatriz Montes Ferrer | Casada, madre de 6 hijos, máster en Ciencias de la Familia, maestra de religión católica y socia voluntaria de las asociaciones Libertas y ECA

2 comentarios en «Ve a contarle a otro tus cuentos, porque a mis hijos los educo yo | Alicia Beatriz Montes Ferrer»

  1. Así es como se combate a estos miserables degenerados, con unión y contundencia. Ejemplos como éste deben servir para despertar a una sociedad aborregada y narcotizada, y convertirlos en la regla y no en la excepción. A esta chusma amoral, depravada y totalitaria hay que ofrecerle una batalla frontal y sin cuartel, día tras día. O ellos, o nosotros. No hay otra.

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  2. Tiene Vd toda la razón. La educación de los hijos es un derecho y un gustoso deber de los padres y el Estado o cualquier otra institución pública no tiene ningún derecho a educar en contra de las convicciones filosóficas o religiosas de los padres. Por tanto, el adoctrinamiento ideológico es una práctica opuesta e incompatible al derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos.

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