Urge la regeneración política: el fin de la casta política y sus prebendas 

Los diputados regresaron ayer de sus vacaciones de Navidad de casi dos meses con una sesión de control al Gobierno. Llevaban de vacaciones desde finales de diciembre hasta el 11 de febrero, con la única excepción de un pleno especial el 22 de enero. A esto, además, hay que sumarle las extensas vacaciones de verano, que abarcan julio y agosto.

A pesar de esta prolongada ausencia, siguen cobrando unos 6.000 euros al mes de base, sin tener en cuenta comisiones, portavocías ni los privilegios adicionales como viajes, alojamientos y dietas.

Mientras un trabajador medio dispone de, en el mejor de los casos, una semana de descanso en Navidad y 22 días laborables de vacaciones al año, los «padres de la Patria» disfrutan de casi cinco meses sin actividad parlamentaria, salvo contadas excepciones. Esta realidad expone la gran brecha entre los ciudadanos y la clase política, que opera bajo un sistema partitocrático, donde el poder se perpetúa a expensas del esfuerzo y sacrificio de la sociedad. En otros países europeos, los parlamentos mantienen sesiones regulares incluso en verano, asegurando una gestión continua de los asuntos nacionales.

Si la situación en el Congreso es grave, la realidad en el Senado es incluso peor. En su configuración actual, y además de reproducir los mismos defectos perversos del Congreso, el Senado no es más que un “retiro dorado” para políticos que, lejos de contribuir con soluciones reales, duplican funciones innecesarias y se convierten en una carga para el país. El Senado no aporta valor alguno, más allá de servir como refugio de favores políticos. La necesidad de su eliminación es más que evidente, En países donde solo existe una cámara legislativa, los tiempos de tramitación de leyes son significativamente más cortos y los costes políticos se reducen considerablemente.

La degradación de la democracia española. Lo que vivimos en la actualidad es la constatación de que la democracia en España se ha convertido en un instrumento manipulado y degradado por una clase política que prioriza sus privilegios por encima del interés de los ciudadanos. El problema no es solo de gestión, sino estructural: el sistema político ha sido diseñado para sostener a una casta alejada de las necesidades reales del pueblo.

Para evidenciar este deterioro, basta con observar los niveles de desconfianza ciudadana hacia las instituciones. Según encuestas recientes, más del 80% de los españoles considera que los políticos solo se preocupan por sus propios intereses y no por los de la ciudadanía. Este desapego refleja una crisis de representatividad que erosiona la legitimidad del sistema.

Por ello, se hace imprescindible una Regeneración Política-Institucional que elimine las estructuras que perpetúan la corrupción y el inmovilismo. No es suficiente con pequeñas reformas superficiales; es necesario reconfigurar completamente el modelo político, administrativo y cultural del país.

La crisis de representatividad es una de las principales amenazas para la sociedad española. La distancia entre los ciudadanos y sus representantes es cada vez mayor. La política debería ser un servicio, no una profesión vitalicia llena de privilegios.

Es urgente implementar mecanismos que devuelvan el poder a la sociedad y acaben con la impunidad de una casta que vive de la política en lugar de servir a la nación. La regeneración no puede esperar. Esto implica reformas profundas, como la implementación de listas abiertas, la reducción del número de cargos electos y una mayor transparencia en la gestión de los fondos públicos. La democracia debe recuperar su verdadera esencia: representar y defender los intereses de los ciudadanos, no los de una elite política aferrada al poder.

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3 comentarios en «Urge la regeneración política: el fin de la casta política y sus prebendas »

  1. Totalmente de acuerdo con la necesidad urgente de emprender la Regeneración Política, pero parece que entre las reformas que se han propuesto, han olvidado una primordial: la necesidad imperiosa de que los políticos que accedan al Congreso ( y al Senado, si persiste), cuenten con una preparación suficiente para ostentar el cargo de congresistas.
    Todas las profesiones y cargos en la sociedad, requieren de estudios y carreras que les capaciten en sus cometidos ( médicos, abogados, fontaneros, periodistas, militares, mecánicos, bomberos, profesores, fisioterapeutas, técnicos de laboratorio, asesores fiscales y laborales, músicos, sacerdotes, ingenieros, etc. etc. etc.)
    Debe ser imprescindible que los políticos acrediten sus capacidades y estén suficientemente preparados, en todos los sentidos, para ejercer el importantísimo cargo de representar digna y eficazmente a los ciudadanos. Se requiere implementar la carrera de Político.
    Y, otra necesidad imperiosa y absolutamente coherente es que: los sueldos y emolumentos que deban percibir «todos los políticos» y cargos estatales, sean determinados, a todos los efectos, por los mecanismos y entidades establecidas para su cálculo proporcional, con que se calculan todos los sueldos de todas las profesiones y cometidos sociales. ¡ Nunca más…que los congresistas, senadores, alcaldes, concejales, etc. etc., se fijen y suban sus sueldos y emolumentos por propuestas y votaciones propias. Al igual que un profesor, médico, comadrona, vigilante, guardia civil, etc. sabe, desde que decide optar a su profesión y trabajo, para el que se le exigen una preparación y condiciones, lo que va a ganar, también los que decidan «ser políticos» y dedicarse a ese cometido, deberán saber exactamente lo que van a ganar. Y dicha remuneración y condiciones laborales ( vacaciones, permisos, balas, cargas sociales e impuestos, dietas, pensiones y jubilaciones, etc., deberán ser ajustadas y proporcionales a las establecidas para todos los sectores sociales.
    Ahora bien………¿ quién y cuándo se va a encargar de realizar dicha regeneración política ?

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