El independentismo catalán, el hacer la vista gorda ante comunidades salafistas o la situación territorial, claves en el análisis
Cataluña lleva décadas siendo el principal foco del yihadismo en España. Esta situación no es casual, sino el resultado de factores históricos, políticos y sociales que han creado un caldo de cultivo ideal para la proliferación de actividades relacionadas con el terrorismo islámico. La región concentra el mayor número de operaciones antiyihadistas en el país, según datos recientes del Ministerio del Interior: una de cada tres detenciones de este tipo en 2024 ocurrió en Barcelona, sumando ya 16 detenidos en lo que va del año. Esta tendencia, sin embargo, no es nueva y se remonta a más de tres décadas.
Origen y evolución del yihadismo en Cataluña
El fenómeno se sitúa en los años 90, cuando Cataluña empezó a destacar como un núcleo clave para el adoctrinamiento, captación y reclutamiento con fines terroristas. “Cataluña es el principal nodo yihadista de España desde mediados de los años 90. Es un escenario de intensa actividad de adoctrinamiento, captación y reclutamiento con fines terroristas”, asegura Francisco Villacampa, director de los estudios de Criminología y Seguridad en la UAO CEU y experto en terrorismo islámico, tal como recoge el diario El Debate.
Villacampa recuerda que la primera detención de un yihadista en España ocurrió en Barcelona en 1995, cuando un argelino, miembro del Grupo Islámico Armado, fue arrestado. Desde entonces, Cataluña ha sido clave en casos como el encuentro en Salou del piloto suicida del 11-S, Mohamed Atta, o la red de Santa Coloma de Gramenet que ayudó a huir a terroristas del 11-M en Madrid.
Factores que explican el fenómeno
El experto identifica seis factores principales que han convertido a Cataluña en el epicentro del yihadismo en España:
- Centros islámicos salafistas: En Cataluña se ha implantado un gran número de lugares de culto y centros islámicos con ideología salafista, financiados por países como Arabia Saudí, Qatar y Kuwait. El salafismo es una concepción rigorista del islam, comparte puntos ideológicos con los yihadistas, lo que facilita su radicalización.
- Falta de control administrativo: Las comunidades musulmanas han crecido en la región sin una supervisión por parte de la administración catalana . “Muchos de estos centros se han establecido sin que nadie controlase sus vías de financiación ni si sus actividades «son contrarias a las normas de convivencia”, afirma Villacampa.
- Deficiencias en la cooperación policial: La falta de coordinación entre los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías locales complica la prevención de la radicalización y el desmantelamiento de células terroristas. Los yihadistas han sabido aprovechar estas fisuras. «Eso lo saben los yihadistas y se apoyan en ello para llevar a cabo sus actividades», lamenta.
- Impacto del independentismo: El procés independentista ha generado tensiones políticas que han afectado la gestión de seguridad en Cataluña y advierte que los yihadistas usan a su favor las «situaciones políticas inestables». Según Villacampa, los yihadistas explotan “las situaciones políticas inestables para avanzar en sus actividades”.
- Situación geográfica: Cataluña, por su cercanía con Francia y su conexión con el norte de Europa, es una puerta de entrada estratégica para terroristas. Su ubicación la convierte en un corredor clave para el tráfico de personas y actividades ilícitas.
- Presencia de una gran comunidad musulmana: Con la llegada de migrantes marroquíes, argelinos y, más recientemente, paquistaníes -hay grupos afines a Al Qaeda de origen pakistaní- , los yihadistas encuentran en Cataluña un entorno propicio para camuflarse y operar sin levantar sospechas.
El papel del independentismo y la islamización
La postura permisiva del independentismo catalán hacia las comunidades islámicas ha alimentado este problema. En su afán por independizarse del resto de España, las autoridades catalanas han tolerado prácticas que socavan la esencia y la identidad de Españ, como el catolicismo y el uso del español, mientras se promueven políticas de promoción islámica que facilitan el crecimiento de comunidades islámicas radicalizadas. Este enfoque, sumado a la falta de control y la descoordinación policial, ha convertido a Cataluña en un “santuario” para las redes yihadistas.
El experto advierte de los riesgos de politizar la lucha contra el terrorismo: “Los terroristas buscan aprovechar la desunión política para avanzar en sus objetivos”. Sin embargo, la realidad es que el procés ha complicado la cooperación entre las fuerzas de seguridad, dejando a Cataluña más vulnerable frente a las amenazas yihadistas.
La necesidad de un cambio de rumbo
El panorama exige una actuación firme y coordinada. Villacampa insiste en que mejorar la cooperación policial y supervisar las actividades de los centros islámicos son pasos fundamentales para combatir este problema. La lucha contra el yihadismo no solo es una cuestión de seguridad, sino también de preservación de los valores y la identidad nacional.
Cataluña no puede seguir siendo el bastión del yihadismo en España. Es necesario un cambio en las políticas locales y nacionales que priorice la seguridad, el control territorial y la defensa de la esencia e identidad de España frente a las ideologías que buscan la independencia de la región. Solo así se podrá frenar la expansión de este fenómeno terrorista que amenaza la convivencia y la unidad del país.
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