Tras los disturbios de octubre contra la sentencia del «procés» y las 151 noches consecutivas de cortes en la avenida Meridiana de Barcelona, el independentismo, desde mediados de marzo, ha acatado el confinamiento y ha contenido su tendencia a manifestarse. Ahora, sin embargo, cuando apenas se ha iniciado la desescalada, el gobierno de la Generalitat ha puesto la primera piedra para que el independentismo vuelva a hacerse oír en las calles. Ayer, el consejero de Interior, Miquel Buch, anunció que propondrá al Gobierno de Sánchez que, pese al estado de alarma, autorice ya la celebración de manifestaciones.Eso sí, con medidas de prevención de contagios del Covid-19, como mantener dos metros de distancia entre los asistentes y mascarillas.
(Diario ABC)
