«Todos los fundadores de ERC eran masones, por eso su logo es el triángulo»: César Alcalá

El periodista Guillermo Altarriba Vilanova le entrevista para el diario El Debate. Por su interés reproducimos dicha entrevista.

Antes de empezar, ¿cómo describiría ud. la masonería?

Es una sociedad secreta creada, dicen algunos, entre los gremios de la Edad Media. Se consideran personas libres de pensamiento y de espíritu, con una vocación de servir a los demás y de ayudarse entre ellos. La Iglesia Católica les ha dado muy fuerte [en 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe confirmaba que unirse a la masonería está prohibido y se considera un pecado grave].

Y con los años han ido acumulando mucho poder…

La masonería fue evolucionando y en el siglo XIX empezó a tener un gran crecimiento en España. Durante la Segunda República, la inmensa mayoría de políticos socialistas –y parte de la derecha– eran masones: desde Niceto Alcalá-Zamora a Manuel Azaña. E incluso en el Ejército: menos Franco, casi todos eran masones.

¿Y en Cataluña?

En Cataluña hubo más de un centenar de logias con muchísimo poder, en las cuatro provincias. En el libro hablo de Evaristo Arnús, fundador de la Banca Arnús, por ejemplo. El aumento fuerte de la masonería en Cataluña ocurre entonces, en el momento en que se dan cuenta de que pueden llegar a las clases trabajadores, y lo hacen a través de Anselmo Lorenzo, uno de los fundadores del anarquismo en Cataluña.

¿Qué pasó? Que abrieron las logias a las clases trabajadoras, aumentaron su base social. Dejó de ser algo de burgueses, políticos o militares, y un paleta o un carpintero también podían ser masones. Buscaban una base social muy amplia para llegar al poder.

Cosa que consiguieron, ¿no? ¿Cuántos presidentes de la Generalitat de Cataluña han sido masones?

Todos. Hasta Josep Tarradellas, todos. Francesc Macià, Lluís Companys… Bueno, es que todos los fundadores de Esquerra Republicana eran masones. Fíjate que su logo es un triángulo. También han sido masones otros personajes vinculados a ERC: consellers como Martí Barrera, por ejemplo.

El libro se centra en los años 30, ¿qué relevancia tuvieron los masones tras la Guerra Civil?

El libro se centra en la Segunda República y la Guerra Civil. Franco, como no le dejaron ser masón, persiguió la masonería, y quedó relegada a las catacumbas. Se recuperó en la Transición, y ahora están un poco más abiertos a explicar que son masones. De vez en cuando salen entrevistas con la logia de Barcelona. ¿Quiénes son masones hoy en día? Habría que ir a una de sus reuniones.

La masonería en Cataluña no es un catálogo, sino que defiende una tesis muy concreta.

El libro nace con la intención de desmentir de forma clara la idea de que un grupo de incontrolados propiciaron la debacle de la Guerra Civil. Nunca fueron incontrolados, y aquí se demuestra: en las logias se empezó a tramar todo lo que pasaría. Piensa que las patrullas de control que había en Barcelona en 1936 estaban formadas por miembros de la CNT, la FAI y Esquerra Republicana: todos ellos miembros de la masonería.

Al final del libro reproduzco el listado que se les daba, en el que aparecían todos los que eran masones. Eran unos 1.200 y pico, y eran intocables. Evidentemente, cuando iban a una casa a buscar a alguien, sabían que a fulanito no se le podía tocar. Iban específicamente a buscar a aquellos que no eran –como dicen ellos– «hermanos».

Es decir, que hubo una persecución sistemática. En el libro habla Ud. incluso de «genocidio».

Sabían perfectamente lo que hacían, desde el minuto cero. La quema de iglesias empezó mucho antes: tenían controlado lo que había en las iglesias, y empezaron a expoliarlas mucho antes, porque necesitaban dinero para comprar armas. Después, el presidente de la Generalitat les abrió las puertas de los cuarteles y les dio armas, con lo que no necesitaban el dinero expoliado de la Iglesia. Prepararon un «plan A», pero Companys les dio un «plan B», que era armas gratis.