Sortu, partido matriz de los proetarras de Bildu y heredero de Batasuna, – hay que recordar que la dirección de Sortu está David Pla, el último jefe de la banda asesina ETA- celebra este fin de semana en Lacunza (Navarra) su quinta «conferencia nacional», donde debatirá sobre su estrategia para el futuro. Tal y como marca la ponencia aprobada en el congreso del pasado enero y como remarcan los portavoces bilduetarras de forma permanente, la apuesta es mantener el apoyo durante toda la legislatura al Gobierno de Pedro Sánchez.
Oportunidad para los proetarras 

Es evidente que este apoyo se mantendrá al menos durante los dos años que restan de legislatura. Así lo quiere la coalición que coordina Arnaldo Otegi, que considera «una oportunidad» que Sánchez siga en Moncloa. De todos los partidos que conforman dicha marca electoral, Sortu es el que marca la dirección política y, de hecho, es el que copa más asientos entre los dirigentes. El presidente del partido, Arkaitz Rodríguez, sustituyó en el cargo a Otegi y es uno de los representantes de Bildu en el Parlamento vasco.

La hoja de ruta de los proetarras

La hoja de ruta de Sortu está encaminada a la «liberación nacional», es decir a la independencia. Pero se trata de una estrategia «de medio-largo alcance». Lo que ahora toca es un camino institucional que incluye el giro de Bildu en las instituciones, que a su vez explica sus apoyos en el Congreso de los Diputados. Por si no estaba claro, además los líderes de Sortu ya se plantean como escenario probable aumentar dicho respaldo sin fisuras al Ejecutivo de PSOE y Podemos durante otra legislatura.

En la convención de este fin de semana los líderes de Sortu  no están previstos cambios relevantes. Porque la estrategia de la formación abertzale ya quedó aprobada con nitidez en el congreso que celebró el pasado enero. Aquel cónclave estuvo tan marcado por la integración en la dirección del partido de David Pla, el último jefe de ETA.

La pugna en Sortu, reveladora

Dicha estrategia es el resultado de un debate interno en Sortu que culminó con una votación de las bases el pasado noviembre. Se votaron, en concreto, dos propuestas para marcar la futura actuación política del partido que controla Bildu.

El 71% de los militantes de Sortu que tomaron parte en la votación respaldaron la línea continuista. La pugna que se vivió en ese ámbito es reveladora. Porque la ponencia perdedora criticaba precisamente el «excesivo peso» de «la estrategia político-institucional» y que se haya apostado por «centrar» el discurso en busca del crecimiento electoral. Algo que, por otra parte, también suelen denunciar los sectores abertzales disidentes, para los que Bildu y Sortu han elegido el camino «socialdemócrata».

Ensanchar sus bases

Ahora, en la propia convocatoria de la citada «conferencia nacional», Sortu destaca que en enero aprobó su nuevo camino «con la ponencia Herrigaia como eje central» y subraya que este encuentro servirá para «ahondar en esa dirección». Es decir, sin cambios sobre el guión.

La estrategia de Sortu busca a largo plazo la independencia, sí, pero antes tiene pendiente otro trabajo. En palabras de su líder, Arkaitz Rodríguez, en el pasado congreso, la apuesta consiste en «abrir» Bildu «a nuevos sectores». «Por conformar ese frente amplio soberanista y progresista que lidere este país hacia un futuro de soberanía y justicia social». O, dicho de otra manera, por ensanchar sus bases. Para ello, es básico presentarse como un partido «útil» que llega a acuerdos. Acuerdos como los que suscribe a menudo con el Gobierno de Sánchez.

(Con información de Vozpopuli)