Sanidad avala la selección de pacientes ante otro colapso

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El Gobierno ha elaborado un nuevo documento técnico en el que predica abiertamente la «priorización de pacientes» en función de la ocupación que sufran los hospitales ante una posible segunda oleada de coronavirus. En concreto, el texto asume que un potencial rebrote de la pandemia pueda producir de nuevo «una disrupción de los procesos habituales electivos con una duración estimada de doce semanas». Ante ello, propone seguir las recomendaciones de priorización elaboradas por las diferentes sociedades científicas en función del marco general de ocupación de recursos de acuerdo con una tabla dinámica de escenarios de alerta.

El documento, cuya última actualización data del pasado viernes, 26 de junio, establece cinco posibles escenarios de alerta. El primero supone una ocupación de recursos hospitalarios por Covid-19 inferior al 5%, lo que se considera una «actividad normal». El último es el más peligroso, pues supondría una ocupación de los recursos hospitalarios por Covid-19 superior al 75%, como ocurrió en decenas de hospitales españoles entre finales de marzo y finales de abril, en pleno pico de infecciones durante el momento más álgido de la pandemia. Sanidad avala priorizar la atención de los enfermos en función de cada escenario. En el primero, la actividad de procedimientos intervencionistas sería normal, como si no hubiera Covid-19. El nivel de alerta 2 sería aquel en el que la ocupación de recursos hospitalarios por Covid-19 es de entre un 5% y un 25%. La actividad de los procedimientos intervencionistas marcaría el límite en los pacientes preferentes cuyo pronóstico permita el retraso del procedimiento.

En pleno debate

El documento define el escenario de alerta 3 como aquel en el que la atención del Covid-19 absorbe entre un 25% y un 50% de los recursos –aunque el documento recoge erróneamente unos porcentajes de entre el 55 y el 50%, quizás por un error ortográfico–. Las recomendaciones de priorización se centran aquí en los pacientes urgentes y preferentes cuyo pronóstico o calidad de vida empeore significativamente por un retraso de tres meses del procedimiento intervencionista. El escenario de alerta IV es aquel en el que el Covid-19 absorbe entre un 50% y un 75% de los recursos. La priorización se centra en pacientes que requieran procedimientos urgentes.

El último escenario, el 5, implica casi un colapso hospitalario por el Covid-19, al ocupar más de un 75% de los recursos hospitalarios. Según recoge el documento que lleva el sello del Ministerio de Sanidad, la recomendación es priorizar para atender solo urgencias vitales o de pérdida de órgano o miembro. El informe, denominado «Recomendaciones de seguridad del paciente y profesionales en procedimientos intervencionistas en la fase de transición de la pandemia Covid-19», se ha actualizado en pleno debate sobre los triajes que se produjeron en plena pandemia en comunidades como Madrid, cuando la avalancha de enfermos llevó a saturar las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS), cuyo número se triplicó sobre la marcha. La tabla de priorización incluida en el texto técnico avalaría así algunas de las decisiones que tuvieron que tomar los médicos con los recursos de los que entonces disponían.

El documento explica que «debe tenerse en cuenta la disponibilidad de recursos para la creación y mantenimiento de los circuitos necesarios para la realización de los procedimientos, en especial, ante la posibilidad de que la fase de transición no sea lineal y se puedan dar nuevos episodios de brotes significativos que provoquen una ocupación de los recursos hospitalarios que ocasionen ruptura e inseguridad de los circuitos habituales».

Alude a la escala que fija los cinco escenarios para ordenar las recomendaciones relativas a las cirugías electivas y urgentes a nivel de centro hospitalario. La escala, explica, «tiene en cuenta el porcentaje de pacientes hospitalizados en planta y en las UCIS de pacientes Covid-19 en relación con el número de camas hospitalarias habitualmente disponibles en cada centro hospitalario y a los recursos utilizados para atender a los pacientes infectados». Puntualiza que «es pertinente su extrapolación a procedimientos intervencionistas».

El documento expone en su introducción que «la rápida propagación de la pandemia Covid-19 y el elevado número de casos que han requerido ingreso en las plantas de hospitalización o unidades de críticos ha obligado a muchos hospitales a redistribuir los recursos para atender de forma emergente a los pacientes infectados. Esto ha llevado a una reducción significativa de la actividad a todos los niveles, que en algunos casos ha llegado al extremo de demorar todos los procedimientos electivos realizando únicamente aquellos urgentes». «La reintroducción de la actividad programada en los hospitales afectados por la pademia de Covid-19 en la fase de transición, definida como el periodo entre la fase pandémica y la inter-pandémica, debe priorizar la seguridad de los pacientes y los profesionales en las distintas etapas del proceso asistencial, desde la selección y preparación previa hasta el alta hospitalaria y los cuidados domiciliarios, pasando por la organización de un circuito intrahospitalario, y debe anticipar la posibilidad de episodios de rebrote de la infección por SARS-Cov-2 por un tiempo desconocido».

La finalidad de este texto es proporcionar unas recomendaciones «para la reintroducción escalonada y segura para el paciente de la actividad de procedimientos intervencionistas fuera de quirófano, definidos como aquellos procedimientos diagnósticos y terapéuticos en donde se utiliza el mínimo abordaje necesario para lograr un fin, evitando heridas quirúrgicas amplias».

(Sergio Alonso. Diario La Razón)

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