¿Estaría Sánchez siendo objeto de un chantaje por los servicios del régimen marroquí por el robo del contenido de su teléfono? Posiblemente nunca lo sabremos pero lo más probable es que dentro de muy pocos años a lo mejor vemos a Sánchez haciendo de lobbista de Marruecos, como muchos de sus compañeros socialistas que le antecedieron en el cargo y de otros cargos de menor rango.
De hecho, prácticamente se ha hecho tradicional que los altos cargos socialistas, ya sean presidentes de gobierno, ministros de exteriores y algún que otro ministro socialista, cuando dejan el cargo pasan a hacer funciones a favor del lobby marroquí en España.
El CNI no sabe quién ha espiado a Pedro Sánchez y a Margarita Robles con Pegasus. Básicamente, porque la herramienta está diseñada para evitar descubrir la autoría de la intrusión. Sin embargo, muchas de las pistas que dejó atrás el organismo que se introdujo en el móvil del presidente y le extrajo cerca de 3 gigabytes de información apuntan inequívocamente a un país: Marruecos.
Pese a que el Gobierno intenta desviar la atención sobre el país vecino, lo cierto es que fue el propio Ejecutivo el que alimentó, consciente o inconscientemente, estas sospechas. Lo hizo haciendo públicas las fechas concretas en las que se produjo el espionaje. El 19 de mayo, fecha de la primera y más grave de las entradas al teléfono de Sánchez, coincide de pleno con la crisis diplomática abierta entre España y Marruecos a raíz del asalto masivo de inmigrantes a Ceuta. Marruecos, además, es uno de los países que adquirió el programa Pegasus a la empresa israelí NSO Group.
Poco menos de un mes después de que el móvil de Sánchez fuese interceptado, el Ministerio del Interior firmó una resolución por la que se concedía «una ayuda directa al Reino de Marruecos para la financiación de actividades de lucha contra la inmigración irregular (Año 2021)». Tiene fecha del 16 de junio, casi un mes después del primer pinchazo, y lleva la firma del ministro Fernando Grande-Marlaska. En ese informe se especifica que la ayuda tendrá un importe de 30 millones de euros. Su destinatario, el «Ministerio del Interior del Reino de Marruecos».
Con ese importe de 30 millones de euros regalado a Marruecos, Interior pretendía «contribuir a sufragar los gastos incurridos en los despliegues operativos», así como al mantenimiento de materiales policiales o a otros gastos derivados de la «vigilancia» en las fronteras. Una vigilancia que en esos días había literalmente desaparecido, con gendarmes marroquíes abriendo deliberadamente las vallas fronterizas para permitir el paso de inmigrantes durante la mayor crisis que se recuerda.
Además, tal y como describía la resolución firmada por Marlaska, el destino de esos 30 millones de euros quedaba prácticamente al libre albedrío de Marruecos. Incluía conceptos genéricos como «gastos de patrullaje», carburantes o «dietas e incentivos al personal desplegado».
¿Sánchez, cadáver político?
Y es Sánchez parece ya un cadáver político, un líder con respiración asistida. Ha ido dando tumbos entre Ucrania, las armas, el Sáhara Occidental y las escuchas ilegales y ha acabado haciendo el ridículo más espantoso.
Su intento de tapar un escándalo destapando otro escándalo, es una pieza digna de la peor película del siglo XXI y sus asesores merecedores de la estatuilla al peor guion de la historia. Cuando fue pillado in fraganti espiando a independentistas catalanes desveló el espionaje al que fue sometido por el régimen de Marruecos, claro, sin aludir al autor del espionaje, no vaya ser que vuelvan a llegar a Ceuta otros diez mil inmigrantes o España sufre otro atentado terrorista.
(Con información de OK Diario)