Sánchez financia con más de 1 millón de euros la búsqueda de muertos para el año de Franco: estrategia de polarización y distracción política

En un movimiento claramente sectario e ideológico, el Gobierno de Pedro Sánchez ha otorgado más de un millón de euros a la entidad del sector público estatal denominada Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos para exhumar restos de cara a los actos revanchistas contra Franco. Este gesto no es casual y forma parte de una estrategia más amplia de polarización social y política.

Un millón de euros para las exhumaciones para 128 exhumaciones…de 33.847

La subvención asignada por el Ejecutivo alcanza los 1.150.224 euros para la financiación de las actuaciones necesarias para exhumaciones. De esta cantidad, 250.000 euros han sido destinados a la Universidad de Granada, que llevará a cabo actividades de exhumación e identificación de restos en el enclave del Valle. El objetivo oficial: Sánchez necesita exhumar cadáveres para, según ellos, la entrega de los restos identificados a los familiares que lo han solicitado, aunque la realidad, es que los necesita para poder tergiversar y manipular la historia a su antojo.

Según el censo del Ministerio de Justicia en el Valle de los Caídos yacen los restos de 33.847 personas, 12.410 anónimas. La mayoría están cajas o columbarios colectivos para 14 o 15 cuerpos. Son caídos de ambos bandos de la Guerra Civil, que fueron trasladados entre 1959 y 1983.

Familiares de 128 víctimas presentaron entonces una queja ante el Defensor del Pueblo ante el incumplimiento de una sentencia que en 2016 dio luz verde a la petición de la localización de los restos mortales de los hermanos Lapeña, Manuel y Antonio Ramiro, una familia de Zaragoza, trasladados en 1959 desde Calatayud.

Pero, además, detrás de esta iniciativa subyace una intención revanchista y de odio: Sánchez busca consolidar su narrativa guerracivilista, no solo para distraer la atención de los numerosos escándalos que le salpican a él, a su familia y a su Gobierno, sino también para generar polarización que movilicen a su electorado más radical. Esto ocurre en un momento en que las denuncias por corrupción toman fuerza, incluyendo informaciones sobre cuentas en el extranjero asociadas a su esposa, con sumas que ascienden a seis millones de dólares.

Resignificación del Valle de los Caídos

El plan del Gobierno también incluye un concurso internacional de ideas para «resignificar» el Valle de los Caídos. Este concurso, previsto para enero, quiere eliminar todo sentido religioso y oración al Valle – que es su esencia- para transformarlo en un centro ideológico de exaltación socialista-comunista. Además, se prevé la aprobación de un real decreto que expulse a los monjes benedictinos que gestionan actualmente el lugar.

Una comisión interministerial integrada por ocho ministros del Gobierno trabaja desde el pasado mes de junio para impulsar y coordinar las medidas para ello.

Polarización como estrategia

En su huida hacia adelante, Pedro Sánchez busca desviar la atención de los escándalos y casos de corrupción que le acechan. Las exhumaciones en el Valle de los Caídos no son más que una herramienta para profundizar en una división social que, controlada desde el poder, podría resultar políticamente rentable. Con casi todos los resortes institucionales bajo su control, el presidente parece apostar por un enfrentamiento civil y social que legitime su postura.

La Ley de Memoria Democrática, pactada con fuerzas políticas como los proetarras de Bildu, es solo un ejemplo más de cómo el Gobierno ha instrumentalizado y manipulado la historia reciente para avanzar en su agenda ideológica y abrir heridas del pasado para polarizar el debate político.

En definitiva, las exhumaciones en el Valle de los Caídos son solo la punta del iceberg de una estrategia más amplia que busca dividir y polarizar a la sociedad con intereses espurios así como consolidar un relato que favorezca al Gobierno socialista-comunista de Sánchez.