La identidad de Cataluña y España en peligro: Salvador Illa defiende que los musulmanes no necesitan integrarse

Hace suyas las palabras de Aragonés

El avance imparable del islamismo en Cataluña: entre inmigración masiva y entreguismo político

El crecimiento del islamismo en Cataluña es una realidad que cada día cobra más fuerza, impulsado por dos factores clave: una inmigración masiva que ha modificado el tejido social y un entreguismo institucional que no solo tolera, sino que promueve la falta de integración de las comunidades musulmanas. Declaraciones recientes del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, refuerzan esta preocupante tendencia al afirmar que los musulmanes «no necesitan integrarse en Cataluña porque vosotros sois Cataluña».

Esta postura no solo ignora los problemas que genera la falta de integración, sino que también representa un abandono de los valores y la identidad de Cataluña y, por extensión, de España.

Un enfrentamiento revelador en el Parlamento catalán

Durante la sesión de control del miércoles en el Parlamento catalán, el presidente Salvador Illa y la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, y alcaldesa de Ripoll (Gerona), protagonizaron un enfrentamiento que expuso las profundas diferencias sobre la gestión de la inmigración y la multiculturalidad.

Orriols, conocida por su firme postura contra la inmigración descontrolada y su defensa de la identidad catalana, advirtió:

«La multiculturalidad avanza despiadada y frenéticamente. Todos recordamos al señor Pere Aragonés y su vergonzoso ‘no hace falta que se integren en Cataluña porque vosotros sois Cataluña’, pronunciado estoicamente ante comunidades musulmanas que hacen bandera del desprecio a la mujer y que no reconocen la criba entre religión y Estado».

Además, criticó lo que considera una entrega ideológica disfrazada de inclusividad:

«La última jugada maestra de parte del procesismo (…) ha sido la Navidad con figuras inclusivas y canciones mutiladas por no ofender a los inmigrantes».

Sus palabras hacen referencia directa a las luces navideñas inclusivas instaladas en el barrio del Raval, donde más del 40 % de la población es extranjera, principalmente musulmana.

Salvador Illa: continuidad en la sumisión

Lejos de refutar estas afirmaciones, Salvador Illa defendió con vehemencia la postura expresada previamente por su predecesor, Pere Aragonés. Según Illa:

«No hace falta que se integren en Cataluña porque sois Cataluña, palabras del presidente Aragonés, sería un orgullo para mí que me pusiera en el mismo saco que él en esta cuestión. Las hago íntegramente mías: no hace falta que se integren en Cataluña porque sois en Cataluña».

Esta declaración refleja una preocupante alineación entre las políticas del PSC y el separatismo catalán en temas de inmigración, multiculturalidad y abandono de la identidad cultural.

Las consecuencias de la falta de integración

El mensaje subyacente de estas declaraciones es claro: Cataluña ya no exige integración a quienes llegan, sino que les cede su espacio social y cultural sin condiciones. Esta actitud no solo debilita la identidad catalana y, por ende, española, sino que también fomenta la ghettización y la falta de cohesión social.

En lugares como el Raval, la creciente población musulmana ha transformado radicalmente el barrio. Las tradiciones navideñas han sido reemplazadas por simbolismos “neutros” para evitar ofensas, y el espacio público refleja cada vez menos la esencia cultural catalana.

«Cuando una región abandona su esencia e identidad, se aboca al fracaso como sociedad y se lo pone en bandeja al invasor».

Cataluña y España: identidad en peligro

El problema no es solo local, sino que afecta a la idea de España como nación. La falta de integración socava la convivencia, mientras las instituciones parecen más interesadas en agradar a las comunidades recién llegadas y en algunos casos, con intereses de anexión, que en proteger la identidad nacional.

El caso catalán es emblemático de un fenómeno más amplio que afecta a Europa: el abandono de las raíces en favor de un multiculturalismo mal entendido que muchas veces ignora los derechos fundamentales, como la igualdad de género o la separación entre religión y Estado.

Entreguismo político, el principal aliado del islamismo

El avance islamista en Cataluña no sería posible sin el apoyo de una clase política que, en lugar de defender los valores occidentales, opta por promover políticas de rendición cultural. Las palabras de Illa no son una simple opinión, sino el reflejo de una estrategia más amplia que prioriza el apaciguamiento sobre la integración.

La renuncia de Cataluña a exigir integración a los inmigrantes no es solo un error político; es un acto de abandono cultural que tendrá graves consecuencias para la sociedad. Cataluña y España enfrentan un desafío histórico que exige valentía para defender su esencia frente al avance del islamismo.

Cuando una región renuncia a ser ella misma, pierde su futuro y su alma. Sin identidad, no hay futuro. Sin valores, no hay sociedad que resista.

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