Poco a poco y en silencio, Madrid implanta nuevas cámaras de videovigilancia con tecnología de IA de reconocimiento facial

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Madrid se está llenando de cámaras IA diseñadas para una cosa: rastrear a personas, reconocerte la cara y establecer el control poblacional

El cambio de actitud de la UE  hace que ahora el reconocimiento facial esté permitido y da pie a la creación de una gigantesca base de datos compartida por los países miembros

En un movimiento que ha generado una creciente preocupación entre los defensores de la privacidad, el Ayuntamiento de Madrid, liderado por el alcalde del PP, José Luis Martínez-Almeida, está ampliando la red de cámaras de videovigilancia con tecnología de inteligencia artificial (IA) de reconocimiento facial. Esta medida, que se asemeja peligrosamente al sistema de control totalitario instaurado en China, ya cuenta con 367 cámaras operadas por la Policía Municipal, con la promesa de instalar más antes de que termine el año.

El Marco Prüm II: Un cambio contra la privacidad de la persona

El cambio en la legislación europea, impulsado por la aprobación del marco Prüm II, ha sido clave para que el reconocimiento facial se convierta en una realidad en los países miembros de la UE. Este marco legal permite la creación de una gigantesca base de datos compartida, lo que ha suscitado una gran alarma en la sociedad y agentes sociales. Una de estas organizaciones, alertó sobre la amenaza que esta normativa supone para la privacidad de los ciudadanos, señalando que «la seguridad no debe convertirse en una excusa para el control masivo de la población».

La expansión del control poblacional en Madrid

La reciente instalación de 16 nuevas cámaras con IA en la plaza del Dos de Mayo es solo el inicio. Este despliegue coincidió con la instalación de otras 15 cámaras en plaza Elíptica y cuatro más en la Puerta del Sol. Según el subdirector de Informática, Comunicaciones y Nuevas Tecnologías de la Policía Municipal, Joaquín Rodríguez, y recoge Xataka, estas cámaras pueden realizar búsquedas y seguimientos de personas basándose en características de vestimenta, afirmando que «incluso se puede, a partir de características de vestimenta, por ejemplo, una persona con camiseta clara y pantalón oscuro, hacer un tracking de los sitios y los momentos por donde ha pasado».

Contradicciones en el discurso oficial

Aunque el alcalde Martínez-Almeida aseguró que «no va a haber ninguna intrusión ni ninguna afección a la intimidad de las personas», las declaraciones de Rodríguez parecen contradecir esta afirmación. «Las imágenes se ven en el CISEVI [Centro Integral de Seguridad y Emergencias de Video Vigilancia] por operadores de policía en tiempo real. Solo si hay un hecho delictivo se solicitan las imágenes para una investigación», indicó. Esto pone en entredicho la promesa de proteger la privacidad de los ciudadanos.

Esta tecnología nos permite, desde el puesto central, hacer búsquedas o seguimientos de objetos, animales y algunas matrículas. Incluso podemos preguntarle datos específicos, pedirle que busque, por ejemplo, a un individuo de camiseta clara y pantalón oscuro, y que nos haga un seguimiento de por dónde ha pasado

Un símil con el Gran Hermano chino

Este tipo de vigilancia masiva recuerda inevitablemente al orwelliano sistema de control implantado en China, donde el «Gran Hermano» chino ya contaba con 170 millones de cámaras a finales de 2017. En un experimento realizado por la BBC, un reportero fue identificado en apenas siete minutos gracias a estas tecnologías. Este sistema se ha utilizado para controlar a la población bajo la excusa de proteger la seguridad, relegando las preocupaciones sobre la privacidad a un segundo plano.

El sistema ABIS y la prueba en España

En España, la implantación del sistema ABIS (Automated Biometric Identification System) ha estado en pruebas durante varios años, utilizando una base de datos con 5,6 millones de imágenes de 3,9 millones de personas arrestadas. El marco Prüm II establece que solo se rastrean las caras de las personas si la sospecha es para delitos castigados con al menos un año de prisión. Sin embargo, esta medida no disipa las preocupaciones sobre el uso potencialmente abusivo de esta tecnología.

El costo de la seguridad

El presupuesto para la instalación de nuevas cámaras asciende a dos millones de euros, destinándose a diversas ubicaciones en Madrid, incluidas Cullera, Pradolongo y Parque Calero. Aunque el Ayuntamiento justifica estas medidas como una herramienta para mejorar la seguridad y prevenir delitos, críticos argumentan que se está sacrificando la privacidad en nombre de una seguridad ilusoria, nos enfrentamos a un futuro donde cada paso que demos estará monitoreado.

El PP y su compromiso con el globalismo

La participación del PP en la implementación de estas medidas de vigilancia pone en evidencia su alineación con una agenda globalista que prioriza el control sobre la libertad individual. Estas acciones traicionan los principios de privacidad y libertad que supuestamente defienden.

En un contexto donde la vigilancia masiva se normaliza, el debate sobre nuestras libertades individuales se torna más urgente que nunca. Como ciudadanos, debemos cuestionar si este es el tipo de sociedad en la que queremos vivir.

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