Por una vez, y sin que sirva de precedente, el vicepresidente bajo el moño, tiene razón: “No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España”. No señores, no la hay, por ejemplo, porque se permite que presos condenados por sedición y malversación, salgan de la cárcel para dar sus mítines, también porque un señor condenado por terrorismo y secuestro, viene a apoyarles en esos mítines, y nos parece normal, porque el antiguo máximo representante del Estado en Cataluña huyó a Waterloo (mala analogía) y desde allí se ríe de nosotros (Ya veremos quién ríe el último).
En nuestro país, como dice Pablo Iglesias, “vivimos en una democracia mejorable”, porque asesinos de niños son recibidos como héroes en sus pueblos cuando terminan su breve condena, con permiso y apoyo de las autoridades. Vivimos sin plena normalidad democrática, porque los padres de Baleares siguen sin poder elegir que a sus hijos en preescolar les enseñen en su lengua materna, si esta es el castellano. No hay ni casilla para señalarlo en el formulario. Vivimos sin normalidad política porque a una niña en Valencia le suspendieron un examen por contestar termómetro en vez de termómetre en valenciano. Vivimos en una democracia mejorable porque el Estado de Alarma lo han aprovechado para colar una ley de educación en España que excluye al español como lengua vehicular, porque tramitaron la despenalización de las injurias a la Corona y a los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, porque modificaron el reglamento de indultos, porque han convocado una mesa de negociación sobre Cataluña sólo con parte de los representantes de los catalanes, porque han hecho una ley de eutanasia cuando cada día mueren quinientos de los nuestros, muchas veces, solos…
Vivimos sin plena normalidad política porque los que quieren acabar con nuestro sistema cobran buenos sueldos del Estado que quieren destruir. Vivimos en una democracia mejorable porque Pablo Iglesias quiere acabar con la monarquía, formando parte del gobierno de Su Majestad, en vez de dimitir y ver qué tal le iría proponiendo eso por su cuenta en las siguientes elecciones. Nuestra democracia es mejorable porque su partido y el de Sánchez quieren controlar el poder judicial y las ayudas europeas, sin ninguna cortapisa. Nuestra democracia es mejorable porque nosotros no podemos decir que su padre fue terrorista o pasear con la bandera de España por su calle pero si quemas una foto del Rey, la bandera de todos, o te pones en sujetador en una Iglesia, es libertad de expresión. También porque si te okupan la casa, es porque ellos tienen ese derecho, pero tú no tienes en cambio derecho parece, a tu propiedad privada ganada con el sudor de tu frente. Tenemos una democracia mejorable porque uno de los ministros se hace fotos con el chándal de la República Democrática alemana, porque tenemos un ministerio de la verdad, porque la niñera de una ministra, que a la sazón es su mujer, resulta ser alto cargo. Tenemos una democracia mejorable porque el vice amenaza con nacionalizar empresas sanitarias internacionales, provocando que la inversión extranjera en España, baje y también porque tenemos demasiados ministerios inútiles y más asesores a dedo que nunca antes, en el periodo que debería ser de más ahorro gubernamental.
