El ataque contra Vox está en plena marcha. No es nuevo. Ante un posible adelanto electoral, el sistema no tolera la fortaleza del partido en las encuestas y ha puesto en marcha una estrategia bien orquestada para debilitarlo. La receta es clara: desestabilización interna, aparición de dosieres y ataques mediáticos constantes. A esto se suman los errores internos del partido, que han dado munición a sus adversarios.
Vox representa un desafío real al consenso globalista, lo que lo convierte en objetivo prioritario de la maquinaria política y mediática. No quieren que en España ocurra lo mismo que en otros países europeos donde los partidos soberanistas e identitarios han avanzado significativamente.
La revuelta interna: el descontento como principal causa. Existe un malestar interno en Vox y diferentes cargos electos han mostrado su disconformidad con la falta de democracia interna y la imposición de liderazgos desde la cúpula. Ejemplo de ello son los procuradores Javier Teira, de Salamanca, y Ana Rosa Hernando, de Burgos, expulsados recientemente. En provincias como Palencia, Zaragoza, Tarragona, Cáceres, Baleares o Ceuta, han surgido voces críticas que reclaman el restablecimiento de las primarias internas, eliminadas en 2022.
La portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda, criticó abiertamente la dirección del partido: «Han secuestrado el partido», afirmó, denunciando que la formación ha pasado de defender principios a convertirse en una maquinaria de poder y dinero.
Los dosieres: la guerra mediática contra Vox. El ataque al partido no se limita a la revuelta interna. Medios afines al sistema han comenzado a publicar informaciones dirigidas a erosionar su credibilidad. Uno de los casos más llamativos es el del expresidente de Pescanova y exejecutivo del Banco Popular, quien, según informaciones filtradas, habría financiado el ascenso de su hijo, Jacobo González-Robatto, como número uno de Vox en Granada. Esto ha avivado las sospechas sobre posibles cargos otorgados a cambio de financiación
Otro ataque mediático reciente ha sido dirigido contra la esposa de Santiago Abascal, a quien acusan de recibir dinero de una editorial vinculada indirectamente con Vox. Se afirma que en 2023 recibió el 26,7% de los ingresos totales de la editorial, aproximadamente 60.000 euros anuales. Esta narrativa busca presentar a Vox como parte del mismo sistema que dice combatir.
También han intensificado los ataques personales a Santiago Abascal, resaltando que lleva más de 25 años en la política, desde que fue concejal en Llodio por el PP (1999-2007) hasta la actualidad. Se busca desgastar su liderazgo presentándolo como un político profesional más.
Los errores internos: una estrategia equivocada. El malestar interno en Vox ha sido alimentado por dos factores: la entrada de exmiembros del PP y otros sectores ajenos a su ideario original, y una dirección centralizada que ha restringido la participación de la militancia en la toma de decisiones.
Uno de los mayores problemas de Vox ha sido su política de fichajes. La integración de exmiembros del PP y de ciertos sectores ajenos a su ideario como algunas personas del lobby LGTBI han provocado divisiones internas. La intención de atraer votantes del PP y ampliar su base electoral ha terminado por desdibujar parte de su esencia, generando una brecha entre los militantes históricos fieles a los principios fundacionales que se sienten traicionados, y los nuevos cuadros.
A esto se suma un sistema de control interno extremadamente estricto, con listas de comunicación cerradas y liderazgo impuesto desde Madrid. Quienes han criticado estas decisiones han sido marginados o expulsados. Magdalena Nevado, exdiputada nacional, denunció: «Vox no busca liderazgos, sino gente sumisa que obedezca».
El objetivo del sistema: neutralizar a Vox. La estrategia del sistema es clara: deslegitimar y dividir a Vox para evitar que se convierta en una alternativa real. Para ello, se utilizan ataques externos y desestabilización interna. Medios de comunicación, sectores del PP e incluso actores globalistas trabajan en conjunto para frenar su crecimiento.
El futuro de Vox dependerá de su capacidad para resistir estos embates y corregir sus errores internos. Si no logra fortalecer su estructura con cuadros políticos leales a su ideario original, corre el riesgo de ser neutralizado por el mismo sistema que pretende combatir
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3 comentarios en «Operación de acoso y derribo a Vox: estrategia del sistema para frenar su avance»
Recuperan entrevistas a Iván y Macarena, ahora Gallardo… Todo apunta a un intento de medios peperil es.
Mientras no haya màs alternativa al progresismo, seguirán subiendo