No la llames «Ley de Memoria Democrática», llámala «Ley de Memoria Revanchista».

Cuando un gobierno elabora una ley que impone su visión totalitaria de la historia basada en la mentiras, falsedades y sin rigor histórico, no la llames de «Memoria Democrática», llámala de «Memoria Revanchista».

Cuando un gobierno dicta una ley para revisar el pasado, no con objetividad, sino con un afán de venganza, no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista».

Cuando un gobierno promueve una ley que tergiversa la historia y manipula los hechos a su conveniencia, no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista».

Cuando un gobierno utiliza el pasado como un arma para dividir, polarizar y enfrentar a los españoles, no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista».

Cuando un gobierno convierte la historia en un campo de batalla político en lugar de respetarla como el reflejo de la verdad, no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista»

Cuando un gobierno oculta deliberadamente las torturas en las checas, los miles de asesinatos y crímenes cometidos por el Frente Popular durante la Guerra Civil—responsable del mayor genocidio de nuestra historia—no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista».

Cuando los mismos partidos que perpetraron aquellas atrocidades siguen en el poder, sin pedir perdón ni renegar de sus crímenes, sino que, por el contrario, los reivindican con orgullo, no la llames «Memoria Democrática», llámala «Memoria Revanchista».

La Ley de «Memoria Revanchista» es, en realidad, una herramienta totalitaria e ilegítima, un instrumento de venganza política que busca reescribir la historia desde una perspectiva sectaria y parcial. No es memoria, es propaganda. No es justicia, es un ajuste de cuentas. Es la imposición de un pensamiento único criminal.

Su verdadero objetivo es manipular y reescribir la historia conforme a una agenda ideológica que demoniza a unos y blanquea a otros. Se pretende inculcar una visión distorsionada de nuestro pasado, silenciando hechos clave y exaltando solo aquellos que convienen a su relato.

El Frente Popular, lejos de ser un bloque democrático, fue un conglomerado de fuerzas revolucionarias que cometieron torturas, asesinatos, violaciones y crímenes,  destruyeron la legalidad republicana y arrastraron a España a la guerra. La persecución religiosa, los asesinatos políticos y la anarquía que desataron fueron el preludio de la tragedia nacional.

Hoy, los herederos de aquellos mismos partidos se presentan como los defensores de la democracia, cuando en realidad fueron sus verdugos. Siguen aplicando las mismas recetas de odio y polarización que llevaron a España al desastre.

La historia de España debe ser contada con rigor y objetividad, no manipulada con rencor ni utilizada con fines políticos. Imponer una versión sesgada y falsa no es memoria, es totalitarismo ideológico.

No la llames «Ley de Memoria Democrática», llámala «Ley de Memoria Revanchista».

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1 comentario en «No la llames «Ley de Memoria Democrática», llámala «Ley de Memoria Revanchista».»

  1. La historia es la que es y no cabe rescribirla. La memoria o recuerdo de lo sucedido en esos fatídicos años debe de ser objetiva y como terrible guerra que fue dió lugar a crímenes y atrocidades por parte de ambos bandos y si queremos recordarla hay que hacerlo con todas sus consecuencias. Perdieron todos los españoles de la época, absolutamente todos y se enfrentaron hermanos con hermanos con odio y rencor. Recordar todo eso es para superarlo y que sea conocido por aquellos que nacieron despues para que no se vuelva a repetir nunca más. Contar solo una parte de la historia, sea la que sea, lo único que consigue es sembrar más odio entre los españoles. Que pena de país.

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