La situación política actual está llegando a unos límites en los que es imposible saber cuál es la verdad, quién puede llevarnos a salir de la situación que la pandemia, la crisis subyacente y la guerra no declarada entre Rusia y Ucrania, donde está implicado Occidente por diferentes razones, nos han conducido a una situación en donde es dificilísimo situarnos. Volvemos al relato, eslogan y los consabidos mensajes que hacen difícil conocer cuál es la realidad que tenemos. ¿Algún partido nos dice exactamente lo que nos pasa?, no dudo de que entre sus relatos y eslogan algunos nos lo dejan entrever, más que ver claramente lo que está sucediendo en esta “piel de toro” que conocemos como España.
Las medidas populistas las tenemos por todas partes, Gobierno, oposición, Comunidades Autónomas e incluso Ayuntamientos. No niego que es parte del juego partidista -ojo, que digo partidista y no democrático- que aceptamos. Pido con urgencia a los partidos más responsables que afronten la realidad y las necesidades de la población, que tras estos años se encuentran con un poder adquisitivo que nos recuerda épocas muy pretéritas, con un futuro en el que nos anuncian hambruna y falta de energía, con lo que supone para la vida y salud en esta década del siglo XXI. No valen parches que no solucionan nada, ¿es que alguien puede creer que con unos cientos de millones de euros pueden solucionar lo que estamos pasando? Paliará muy poco, lo que sería de gran ayuda es que se pusieran de acuerdo para detener con medidas realmente efectivas la inflación desbocada que estamos sufriendo. Tengo que recordar la valentía con la que todos los partidos políticos afrontaron la salida de la enorme crisis a la que estábamos sometidos con los Pactos de la Moncloa. No es desdoro, ni va contra las ideologías de los partidos ponerse de acuerdo para ayudar al bienestar de la ciudadanía a la que tanto apelan.
Quiero la democracia, por la que tantos de mi generación hemos luchado, y que a algunos les costó la vida. Olvidémonos de la partitocracia, para que después hagan con los votos lo que el votante no quería. Cambiemos la Ley Electoral para que realmente una persona sea un voto, y no la actual que beneficia a algunos partidos, dando con menos sufragios más escaños.
Jacinto Seara | Científico y Escritor
