Se «matan» entre ellos: Irene Montero inicia la purga de los cargos más cercanos a Yolanda Díaz

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El cese de la jefa de gabinete de la ministra abre la puerta a más despidos, concretamente a los más cercanos a Yolanda Díaz. Por primera vez afectaría a miembros del PCE

Los nombres señalados por las fuentes consultadas son los de Clara Alonso y Antonia (Toni) Morillas, actual directora del Instituto de la Mujer. Se trata de miembros destacados del equipo de Montero, que hasta ahora la han acompañado en sus tareas ministeriales y que la dirigente fichó para asegurar el apoyo del Partido Comunista de España a Podemos. Ahora están en la cuerda floja después del cese de Meyer.

Máxima tensión

La situación es de máxima tensión. Prueba de ello es que algunos apuntan incluso el nombre de Enrique Santiago, actual secretario general del PCE, que afronta a finales de julio un congreso delicado en el que serán esenciales los votos de los delegados de Andalucía. El giro en la federación andaluza del PCE es clave para entender la nueva purga. Dada la tensión y la tirantez que atraviesan las relaciones entre Podemos, el PCE e Izquierda Unida (partido al que pertenece Meyer) en la negociación por la coalición Por Andalucía se quiso ver en la destitución de la directora de gabinete una venganza de los morados.

Meyer es un peso pesado de dicho entorno: mujer de Toni Valero, actual líder de los comunistas andaluces, era considerada una «amiga personal» de Montero. Pero lo ocurrido en la candidatura para las autonómicas del 19 de junio en Andalucía ha roto todas las relaciones personales.

Una pareja contra Irene Montero

La gran novedad de esta purga atañe a que por primera vez pueden caer dirigentes vinculados al PCE que desde el congreso de Vistalegre II (2017) apoyaron a la cúpula de Podemos. Y es que los comunistas de Andalucía jugaron un papel determinante en la operación -respaldada por Yolanda Díaz- para descabezar a Podemos en esa comunidad e imponer una candidata afín: la politóloga Inma Nieto.

Díaz dio su visto bueno y activó a Alberto Garzón. Y los comunistas de Andalucía se decantaron por Nieto, apartando a Podemos. Santiago tuvo que tragar. «Son todos de Yolanda», explican fuentes de Podemos, para señalar cómo la nueva purga tiene una clara connotación política.

Ahora, Montero ha decidido lanzar la purga. Se trata de una acción algo desesperada, dicen algunas fuentes, que coinciden en que Podemos está hoy en día más debilitado que nunca. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, aparece, de hecho, como un dirigente al alza. Rompió con Iglesias en 2019 y después se decantó abiertamente por Díaz. Y ahora es él quien se pasea por su ministerio y en los actos públicos con una inédita sonrisa.

Con respecto a Santiago, las fuentes consultadas tienen opiniones diferentes. La mayoría sostiene que el líder del PCE «estará con quién más le de». En el ámbito sindical cercano a Díaz, aparecía como un dirigente que llevaba tiempo haciendo el «doble juego». De ahí que estas fuentes repitan que en Podemos desconfían de él, a pesar de que haya ejercido de asesor áulico para Iglesias y Montero en asuntos vitales: tanto jurídicos como estratégico-electorales.

Los dirigentes con más experiencia señalan, sin embargo, que Podemos no se puede permitir fulminar a Santiago. El líder del PCE trabaja como secretario de Estado en el ministerio de Ione Belarra, pero si ella decide echarle «será el fin de Podemos», sostienen. «Sería la muerte de Podemos y una humillación», explican. El atractivo electoral de los morados está en mínimos históricos. Y el concepto de «venganza fría» sigue sobre la mesa. Se trataría de esperar hasta consumar una vendetta, confiando en un desgaste de Díaz y en la amenaza directa que supone el «dossier» sobre su pasado.

(Con información de The Objective)

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