El goteo de llegadas de inmigrantes ilegales no cesa y eso que todavía están por llegar los meses de mayor afluencia que, según las estadísticas, se producen durante los meses de septiembre y octubre.
A tenor de los datos, se puede concluir que pese al acuerdo entre Rabat y Madrid, los desembarcos y saltos continúan. Prueba de ello, son los últimos episodios en las vallas de Melilla y Ceuta, dos rutas que se han reactivado este año tras meses adormecidas.
15.002 inmigrantes ilegales en lo que va de año
Un total de 15.002 inmigrantes han llegado a España de forma ilegal entre el 1 de enero y el 15 de julio de 2022, según los datos publicados por el Ministerio del Interior. Esta cifra supone un ligero crecimiento con respecto a los mismos meses de 2021, cuando llegaron 14.716. Es decir, más inmigrantes ilegales a pesar del acuerdo con Marruecos y la cesión del Sahara
Incremento de la llegada de inmigrantes ilegales a Canarias
Por su parte, en el archipiélago canario se ha contabilizado la llegada de 9.308 inmigrantes ilegales en lo que va de año, frente a las 7.301 que habían alcanzado la costa un año antes, esto es, un 27,49% más.
Respecto a las entradas ilegales por la frontera terrestre, en Ceuta han crecido un 51,79%, pasando de 363 en 2021 a 551 en 2022 (aunque en la estadística no constan las entradas de la crisis registrada en Ceuta en mayo del año pasado). También han crecido las llegadas irregulares a través de la valla de Melilla, en este caso un 75,08%. Hasta el 15 de julio de 2022 entraron por la frontera terrestre de esta ciudad autónoma 1.096 migrantes, mientras que en el mismo periodo de 2021 fueron 626.
El incremento de entradas a través de la frontera terrestre con la Unión Europea –Melilla y Ceuta– preocupa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que son cada vez más violentos.
Inestabilidad en el Magreb
La incógnita es si se mantendrá o no esta tendencia en los próximos meses. Desde Interior dan por hecho que será así, sin embargo, la inestabilidad política y económica mundial a raíz de la guerra en Ucrania o el alza de los precios amenazan con colapsar la fortaleza de algunos sistemas que podrían implosionar. En este sentido, la situación en el Magreb preocupa, en especial, en Mali. La región es un polvorín.
Además, tal y como se expuso en el mes de junio durante la XXX Cumbre de la Alianza de la OTAN en Madrid, donde se aprobó el nuevo concepto estratégico –que define las líneas maestras de la seguridad de los aliados en la próxima década– la inmigración irregular, especialmente en el flanco sur, es una amenaza. El texto destaca que «el conflicto, la fragilidad y la inestabilidad en África y Oriente Medio afectan directamente la seguridad y la seguridad de nuestros socios». Y España es, sin duda, la contención de esa amenaza.
