Una alianza estratégica entre Rabat y Washington que reconfigura el tablero mediterráneo
Marruecos, con el firme respaldo de Estados Unidos, continúa su imparable carrera armamentística. El último paso ha sido la adquisición de 600 misiles FIM-92K Stinger Block I, valorados en 825 millones de dólares, un movimiento que consolida al Reino alauita como el principal aliado militar de EEUU en el Mediterráneo. La decisión no es un hecho aislado: se suma a la compra de 32 cazas F-35 y al refuerzo de infraestructuras militares conjuntas.
Esta relación privilegiada entre Marruecos y EEUU ha dejado a España en una posición diplomática y geoestratégica cada vez más secundaria. La agenda expansionista de Mohamed VI sobre Ceuta, Melilla y Canarias, combinada con este refuerzo militar, debería encender todas las alarmas en La Moncloa y en el Ministerio de Defensa.
Los misiles Stinger: un salto cualitativo en las capacidades defensivas marroquíes
La Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA) confirmó la operación el 15 de abril. Además de los misiles, el contrato incluye soporte técnico, ingeniería y logística por parte del Gobierno estadounidense y empresas contratistas. El paquete busca garantizar una “integración fluida de los sistemas dentro de la estructura de defensa marroquí”.
El objetivo es claro: proteger infraestructuras críticas, zonas fronterizas sensibles y aumentar la interoperabilidad con fuerzas de la OTAN. Marruecos se adapta así a las nuevas amenazas regionales como drones armados, misiles de crucero y aeronaves de baja firma.
EEUU apuesta por Marruecos como socio preferente
El fortalecimiento de esta alianza se produce en paralelo a una preocupante noticia para los intereses de España: el posible traslado de la base naval de Rota a Marruecos. Según publica Financial Times, citado por el medio digital marroquí Yabiladi, existe un creciente temor en círculos militares y diplomáticos españoles a que Donald Trump decida reubicar en Marruecos los 2.800 soldados y cinco destructores estadounidenses actualmente estacionados en Rota.
Rota se creó tras un acuerdo de 1953 entre el presidente estadounidense Dwight Eisenhower y Francisco Franco, recuerda Financial Times. Esta base, una de las mayores instalaciones de armas y combustible de Europa, es estratégica por su ubicación junto al Estrecho de Gibraltar, desde donde proyecta influencia hacia el norte de África y Oriente Medio.
La debilidad diplomática de Pedro Sánchez, una baza para Marruecos
Los motivos del posible traslado no son meramente logísticos ni presupuestarios. Factores políticos también juegan un papel clave. “La amistad de Pedro Sánchez con China es una fuente importante de tensión”, señala el periódico británico. Las críticas del presidente español a la ofensiva israelí en Gaza y su acercamiento a Pekín no han pasado desapercibidas en Washington.
“Para la administración Trump, instalar bases militares estadounidenses en Marruecos sería mucho menos arriesgado que en España”, afirmó Michael Walsh, exjefe de campaña de Joe Biden, al Financial Times. Marruecos, recordemos, fue uno de los países que normalizó relaciones con Israel en 2020, lo que reforzó su condición de aliado preferente.
¿Amenaza real sobre Ceuta y Melilla?
Con este panorama, la amenaza sobre Ceuta y Melilla no es solo hipotética. Si Washington prioriza su relación con Marruecos por encima de su histórica alianza con España, en caso de una eventual agresión marroquí a los territorios españoles en el norte de África, la posición estadounidense podría inclinarse a favor del invasor.
En la sombra, también se menciona a la base aérea de Morón, que podría estar incluida en un plan de repliegue del Pentágono hacia suelo magrebí, según fuentes próximas a la diplomacia marroquí. El silencio del Gobierno español ante estos movimientos es tan clamoroso como irresponsable.
España pierde peso mientras Marruecos gana poder
La realidad es cruda: Marruecos se rearma con tecnología militar de vanguardia, se consolida como socio prioritario de Estados Unidos y presiona por el cierre de bases estratégicas españolas. Mientras tanto, España se debilita militarmente y pierde influencia internacional por la torpeza ideológica de su Gobierno, más preocupado por las agendas marxistas y globalistas que por la soberanía nacional.
Ceuta, Melilla y Canarias corren peligro. Y el silencio institucional frente al expansionismo marroquí y la desconfianza creciente de nuestros aliados históricos son síntomas de una nación abandonada por sus propios dirigentes.