La coherencia ideológica de Trump y el desafío para la derecha española

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Aunque en política la objetividad suele ser un desafío, no debemos caer en el error de idolatrar ni demonizar a figuras políticas simplemente por afinidad o rechazo ideológico, o por actuaciones concretas. Sin embargo, ello no quita que de la victoria de Donald Trump surjan lecciones clave que no debemos ignorar y que pueden ser extrapolables al panorama político español.

En primer lugar, la victoria de Donald Trump ha suscitado euforia entre quienes ven en ella una oportunidad y una esperanza para resistir y contrarrestar a las corrientes ideológicas que están destruyendo los fundamentos de la civilización occidental. Más allá de cualquier otra consideración, Trump ha demostrado una capacidad única para conectar con un electorado olvidado y abandonado, capitalizando las preocupaciones reales de una mayoría silenciosa que rechaza las imposiciones ideológicas de una élite desconectada.

Con su retorno al poder, Donald Trump, a través de sus primeros decretos, ha puesto fin a la ideología de género y a la agenda woke, marcando un antes y un después en la defensa de los valores profamilia y provida. Además, entre sus medidas destaca la eliminación del apoyo a las operaciones transgénero, así como la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo Climático de París, ambos calificados por Trump como instrumentos de ingeniería social.

Pero no se ha quedado ahí: Sólo hay dos géneros: hombre y mujer, ha sido una de las declaraciones más contundentes de Trump. Este retorno a la biología como base de la identidad sexual se contrapone directamente a la ideología de género promovida en los últimos años. Por otra parte, la decisión de Trump de restituir a los militares que no se vacunaron contra el Covid y asegurarles la recuperación de los salarios no percibidos subraya su compromiso con la libertad individual y la justicia para aquellos que fueron marginados por sus decisiones personales durante la pandemia.

Con estas medidas claras, Trump ha demostrado una vez más su compromiso con una política firme y coherente. Y la coherencia ideológica tiene sus resultados. Cuando alguien cumple lo prometido, el pueblo le sigue porque sabe a qué atenerse. Esta frase resume perfectamente la razón detrás del respaldo que Trump sigue teniendo entre sus votantes. Sus acciones demuestran que, lejos de ceder ante las presiones globalistas e izquierdistas, mantiene una postura firme en defensa de los valores que prometió proteger durante su campaña.

Trump ha demostrado que un liderazgo claro y decidido puede cambiar el rumbo de una nación. Su rechazo a la agenda 2030 y su enfoque en la soberanía nacional son ejemplos de una política que no teme enfrentarse a los poderes supranacionales para defender los intereses de su pueblo. La salida de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París subraya su convicción de que estas iniciativas globales son más una trampa para la libertad económica que una verdadera solución a los problemas ambientales.

En contraste, la derecha española, representada por el Partido Popular (PP) y Vox, ha mostrado una preocupante falta de acción y coherencia en temas similares. Por una parte, el PP de Alberto Núñez Feijóo ha adoptado posiciones contrarias a estas medidas, y que, además, eran reclamadas por su electorado, reforzando la percepción de sumisión a la agenda de izquierda y globalista. Por otro lado,  Vox ha defendido algunos puntos, pero no todos, y lo ha hecho sin la fuerza ni la convicción necesarias para convertirse en una verdadera alternativa. Pretender estar en el sistema disfrutando de sus prebendas, pero sin comprometerse con él, conduce inevitablemente a la componenda y la tibieza. Es momento de elegir.

Esta combinación de traición por parte de unos y tibieza por parte de otros en la defensa de valores fundamentales hace que tanto el PP como Vox sean percibidos como incapaces de ofrecer una oposición real y efectiva a las políticas izquierdistas.

La derecha en España necesita aprender de estos ejemplos y adoptar una postura más firme y coherente. No basta con menciones esporádicas o declaraciones tibias; es necesario un compromiso real con los valores que representan a una parte importante de la sociedad española. La falta de acción y la pasividad sólo conducen al desencanto y a la pérdida de apoyo popular.

Cuando el pueblo no se siente representado, busca alternativas fuera del sistema. Este descontento se traduce primero en el rechazo en las urnas y, en casos más extremos, en la búsqueda de opciones que desafían el status quo. La falta de representación y de un liderazgo firme en la derecha española abrirá la puerta a nuevos movimientos que se alineen mejor con las expectativas de una población cansada de la ambigüedad y el oportunismo político.

En este contexto, la política española está en un punto crítico. El ejemplo de Trump y sus primeros decretos debería servir como una llamada de atención para aquellos que pretenden liderar desde la derecha. Cumplir lo prometido no es solo una estrategia política; es una necesidad para mantener la confianza del electorado y garantizar que los principios fundamentales no sean sacrificados en nombre de la conveniencia política.

La firmeza en los valores y la coherencia ideológica son claves para el éxito político. Donald Trump lo ha demostrado, y la derecha española haría bien en tomar nota si aspira a convertirse en una verdadera alternativa para aquellos que buscan un cambio real y efectivo en el panorama político actual.

Y ya no vale excusarse diciendo que no se puede hacer, que es inviable o que las circunstancias no lo permiten. Otros líderes, en otros países, ya lo están demostrando con acciones concretas y resultados visibles. La clave no está en el tamaño del reto, sino en la determinación de enfrentarlo con principios claros y una visión firme. La verdadera diferencia radica en la coherencia ideológica y en el compromiso real con las propias convicciones, dejando de lado las ambigüedades y los cálculos políticos. Si en otras naciones se pueden impulsar políticas que defienden la soberanía, los valores tradicionales y los intereses de su gente, en España también es posible. Lo que falta no es la oportunidad, sino la valentía y la voluntad de quienes dicen representar esos ideales.

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4 comentarios en «La coherencia ideológica de Trump y el desafío para la derecha española»

  1. He visto editoriales más afortunado
    Decir que VOX sólo persigue prebendas cuando precisamente ha renunciado a ellas, abandonando gobiernos es muy injusto
    Lo que ha dicho Trump se le oye a VOX a diario
    Un saludo

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  2. Veo en algunos medios constantes quejas de lo que VOX no hace y deberíanhacer. Quejas muchas veces con un sesgo ideológico cuyos votantes apenas llenarían un cuarto de entrada de una plaza, de toros de segunda categoría.

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  3. Estando de acuerdo con el fondo del artículo: «es posible darle la vuelta al calcetín», no deja de sorprenderme la mención que se hace de la actuación de VOX. No se debería olvidar que la situación en España es mucho más complicada que en otras naciones debido, eso sí, a haber dejado llegar las cosas al límite en que han llegado; quizá, por ello, en el pecado llevaremos la penitencia, si es que no la llevamos ya.

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