Lo impensable ha sucedido | Jacinto Seara

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Fue el miércoles 15 de febrero cuando, por primera vez en España, miembros dirigentes de las principales religiones en nuestra vieja piel de toro firmaron un documento contra las leyes del aborto y de la eutanasia que llamaron “Sobre la dignidad de la vida humana”, lo que se puede leer en El País y en alguna televisión. Quizás porque no contactaron con ellos, no estuvieron los de las religiones anglicana y judía. Los que sí estuvieron, firmaron el documento que entregaron en el Congreso de los Diputados y a miembros del Gobierno. Los firmantes fueron los católicos, los evangélicos -por medio de la Federación de Entidades Evangélicas de España-, la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, la Iglesia Española Reformada Episcopal, la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Rumania, la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado Ecuménico, y el secretario de la Comisión Islámica de España.

En el documento, piden a los fieles de sus respectivas religiones, a la sociedad en general y a los políticos que “reflexionen” sobre estas dos legislaciones sobre la vida, el aborto y la eutanasia; que lo hagan “para que toda vida humana sea protegida y custodiada como un don de Dios, dotado de la más alta dignidad”. Antes escriben: “Observamos con preocupación creciente cómo, desde hace décadas, en nuestro país se vienen promoviendo y aprobando leyes en las que, en algunos casos, la vida humana queda gravemente desprotegida, legislando no solo contra los principios del Creador, sino también contra el más esencial de los derechos humanos: el derecho a la vida”.

No es nada nuevo, lo vienen defendiendo en todos los países que les permiten expresarse libremente, desde siempre, ya que el respeto y el derecho a la vida forman parte de sus creencias. Se fundamentan también en los estudios de biólogos y médicos que se han pronunciado sobre estos temas, y que además reclaman la libertad de conciencia y la existencia de un documento en donde puedan decir que no quieren practicar ninguna de estas acciones.

Resulta curioso que esta discusión vuelva a primer plano, cuando se está discutiendo la ley de protección de animales que castiga duramente el maltrato a los animales, especialmente vertebrados, o les dé una forma de vida que les conduzca al sufrimiento o muerte.

Jacinto Seara | Científico y escritor

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