Siete de cada 10 nuevas solicitudes fueron hechas por mujeres, y más del 50% tenía entre 25 y 34 años
Actualmente estamos inmersos en una importante crisis de salud mental. Una situación que ha empezado a salir a la luz y que, aunque afecta a todos los grupos de población, es especialmente critica en los más vulnerables: menores, mayores de 65 años y mujeres. El aumento de las consultas de atención especializada (tanto públicas como privadas), de ingresos y atención de urgencias psiquiátricas y, en última instancia, el número récord de personas que se han suicidado en los dos últimos años, son pruebas inequívocas de que vivimos momentos complicados.
Asimismo, de todos los pacientes que solicitaron terapia durante el año pasado, más del 50% pertenecían al grupo de edad de entre 25 y 34 años, seguidos de los menores de 25 años (22%) , y de aquellos que se encuentran en el rango de entre 35 y 45 años (20%).
Por último, y aunque los mayores de 45 años tienen una menor tendencia a solicitar servicios psicológicos ‘on line’, el análisis de los datos destaca que las solitudes crecieron hasta un 200% con respecto a 2021, superando la barrera social que históricamente han tenido.
Por su parte, tan solo un 27,4% de hombres menores de 25 años solicitó servicios psicológicos frente al 72,5% de las mujeres más jóvenes. El dato disminuye aún más en el grupo de 35 a 40 años, donde destacan un 86% de mujeres que comenzaron a acudir a consulta el año pasado, frente a un 14% de hombres. Razones de esto hay varias: desde que las mujeres sean más expresivas con respecto a sus sentimientos y estados de ánimo, a que, además, se dan factores neurofisiológicos.
Ansiedad y falta de autoestima
Con respecto a las especialidades más solicitadas, el estudio revela que los problemas de autoestima han aumentado un 24% con respecto a 2021, la ansiedad un 21,7 % y la terapia de pareja un 17,4%. Los jóvenes son los que acuden por problemas de ansiedad y autoestima, relacionados en su mayoría con etapas en la que se experimentan un mayor número de cambios en el ámbito personal y profesional, así como otros factores generacionales asociados.
Entre la generación Z y los millenials es frecuente encontrar personas a las que no han enseñado a lidiar con la incertidumbre y la frustración, entre los que existe la costumbre de conseguir lo que quieren de forma inmediata y de evitar que una negativa les perturbe. Son más críticos con la autoridad y experimentan un mayor desacuerdo con los deberes laborales, que entran en colisión con los mensajes de libertad e independencia que reciben de las redes.
Por profesiones, los que más solicitaron los servicios de terapia online fueron profesores, educadores y maestros, en paralelo a consultores, analistas y gerentes de compañías. Por detrás, y también con una elevada predisposición a solicitar ayuda profesional, se situaron enfermeros, médicos y fisioterapeutas, junto a administrativos, recepcionistas y camareros.
(Con información de la Razón)
