No es que sea optimista, he visto a lo largo del tiempo, y en mis viajes, que hay personas que no se dejan influir por los “mass media” controlados por el NOM (Nuevo Orden Mundial) y sus adláteres. Las conversaciones con jóvenes fueron los que me hicieron ver que el momento Occidental oscuro, España incluida, no iba continuar. Cierto que los tiempos de la historia son diferentes de los vividos por cada persona. También lo dicho por Ratzinger, antes de ser proclamado Papa con el nombre de Benedicto XVI, de la época oscura que íbamos a pasar que tendría fin. Cierto que las noticias y los hechos que nos transmiten son en su mayoría desalentadoras, hay noticias, que pocos dan, en la que se vislumbra la luz al final de esta época. Lo último, y con poco eco en la mayoría de las noticias, ha sido la reunión en Lisboa de la llamada JMJ-YWD 2023 (la XXXVIII edición de la Jornada Mundial de la Juventud-Young World Day) que reunió a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo del 1 al 6 de agosto, que culminó con los encuentros de esa juventud con el papa Francisco.
No hubo ninguna traba para hablar de los problemas que nos azotan, especialmente a los jóvenes, fueron ellos los que los explicitaron con sencillez y verdad. Se habló de las consecuencias del bullying o acoso escolar, de las drogas y la dificultad para que salir de ellas, camellos incluidos, del abuso, de las llamadas “manadas”, de la violencia, especialmente de la violencia de género, la “soledad” que pueden traer las nuevas tecnologías, la soledad que conlleva la actual sociedad, el valor de la amistad, la falta de trabajo, las migraciones, el abandono del tercer y cuarto mundo, de la eutanasia, el aborto… Francisco y a petición de ellos dejó claro ante los jóvenes que “La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar”.
Estoy convencido que millones de jóvenes de otras religiones cristianas piensan lo mismo, los hay agnósticos y ateos también porque he hablado con ellos y sé que tienen las mismas inquietudes. Son así porque lo han vivido de sus abuelos, de sus padres. Lo demuestran colaborando con diferentes ONG’s, conozco algunos, parte de sus vacaciones las pasan colaborando en países del tercer mundo. Sí tenemos esperanza, son jóvenes y se divierten cómo jóvenes, no los confundamos con los pocos que salen en las noticias.
Jacinto Seara | Científico y escritor