La UE abortista de Macron  |  Mariano M-Aedo

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
French President Emmanuel Macron delivers a speech at the European Parliament Wednesday, Jan. 19, 2022 in Strasbourg, eastern France. (AP Photo/Jean-Francois Badias)

El presidente francés, enfrascado en una complicada reelección en unos meses, no ha encontrado mejor oferta que hacer en el Parlamento Europeo, que proponer incluir el aborto como derecho fundamental en la UE.

Esto solo gesto muestra la Europa a la que aspira Macron y todos sus compañeros en el rediseño de la Unión Europea.  La pandemia les ha ayudado a acelerar dicho proceso global de reconfiguración política de sus estados y de la organización europea.

De la aquella Comunidad Económica Europea que pergeñaron y dieron a luz Schuman, De Gasperi y Adenauer entre otros, que se basaba en las raíces culturales y morales de Europa, donde el cristianismo era uno de los pilares fundamentales que animaban aquella pequeña organización.  Pues bien, 70 años después vemos una Unión Europea mastodóntica, con un macropresupuesto, miles de funcionarios y un enorme poder, pero cuyo espíritu ha ido mudando hasta convertirse en el reverso de lo que fue, al compás de la casi unanimidad de la mayoría de los medios de comunicación y de los actuales poderes fácticos.  Una organización donde la democracia y la subsidiariedad son sólo palabras que se usan pero que no son la base de su funcionamiento real.  El reparto de competencias entre los estados y la Unión se viola tranquilamente cuando les interesa imponer los nuevos valores que quieren imponerse de forma coercitiva, independientemente del contenido de los tratados.

Por ejemplo, se amenaza a Hungría y Polonia por medidas presuntamente limitativas de la independencia judicial, mientras que no se dice nada sobre el caso español, donde todos los miembros del Consejo General del Poder Judicial son elegidos por los partidos políticos en el Congreso, Senado o Gobierno.

Este semestre, la presidencia rotatoria del Consejo corresponde a Francia y Macron ha lanzado su gran propuesta.  Si el aborto es el gran derecho que debe figurar como base y obligación en Europa, el cambio radical de valores en Europa se habrá afianzado de forma decisiva en nuestro continente.  Y qué cambio, la persona humana ya no será el centro de nuestra sociedad, sino que su valor será relativo y condicionado a los valores que decidan las élites europeas y que ya vemos aparecer en muchas de nuestras naciones como en la nuestra.  Pobre España donde ya sufrimos no sólo el derecho al aborto (llegando hasta penar el rezar frente a una “clínica” abortiva) sino también el derecho a la eutanasia, todo ello al mismo tiempo que se van proclamando los “derechos” de los animales, etc.

Tal vez, lo más preocupante pueda ser que frente a esta propuesta las críticas han venido más por el debate partidista frente a las elecciones que por el fonde de la misma.  Salvando las distancias, cuando Zapatero proponía el matrimonio homosexual, el divorcio-express o el derecho al aborto, muchas de las críticas políticas se centraban más en que eran propuestas “de artificio”, es decir para distraer el debate de lo “auténticamente” importante, es decir de las propuestas económicas y políticas.

Independientemente de que la propuesta no prospere, tal vez lo más preocupante sería que la oposición será circunstancial o en base al juego político, con lo que podrá ser aprobada más tarde ya que no habrá una auténtica oposición a la medida en sí.

La propuesta es muy grave, sí, pero tal vez lo más grave es que la mayoría de los grupos políticos que no la respaldan abiertamente, no se oponen seriamente a ella.

Es necesario pues una oposición real y contundente a nivel europeo a todos los niveles.  De otra forma, tarde o temprano se aprobará esta y otras medidas que nos llevarán a una situación más inhumana y opresiva cada vez, aunque a diferencia de los estados abiertamente totalitarios, se hablará mucho de dignidad, derechos (¡vaya derechos!), democracia y libertad.

Mariano Martínez-Aedo | Vicepresidente IPF

Deja un comentario