La solución | Pío Moa

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1. Que en España haya gobernado durante cuatro años un delincuente y su banda,  apoyándose en todos los enemigos de España y de la democracia, ha sido la consecuencia  lógica de décadas de falta de oposición. Pues el PP no ha ejercido de tal sino de auxiliar del PSOE y separatistas en  todos sus designios totalitarios y disgregadores de la nación.

2. Ahora, las elecciones no las ha ganado ningún partido con mayoría suficiente para gobernar, y asistimos a una carrera entre el PP y el PSOE por hacerse con los votos de los partidos más agresivamente antiespañoles,  antidemocráticos y antimonárquicos. Se trata de una situación extrema. Y  no por el hecho en sí, sino porque una de las opciones supone el ataque prácticamente definitivo a la unidad nacional y a las libertades públicas, y la otra el intento de congraciarse con ella.

3. Las diferencias políticas e ideológicas entre el PP y el PSOE son mínimas, por eso la investidura de uno u otro candidato no supone un cambio real de políticas. Sin embargo hay algunas diferencias  menores, que en un momento crítico pueden resultar decisivas. Por ello VOX ha decidido apoyar sin condiciones  la investidura de Feijóo a fin de facilitarle algunos apoyos que no tendría si VOX exigiera participar en el gobierno. El éxito de la maniobra es improbable, pero de tener éxito retrasaría algo la  labor de demolición de España, y también daría luego a VOX plena libertad para ejercer de oposición sin trabas, con una Gran Política.

4.  Hay, con todo una opción mejor, que ha argumentado el historiador Jesús Palacios, y que me parece la  más racional y factible: la acción constitucional del rey en defensa de la legalidad, como cuando el golpismo del separatismo catalán.

5.  El rey tiene la obligación constitucional de defender la unidad de España y la democracia, hoy tan peligrosamente amenazadas; y la facultad de proponer la investidura, que puede ser del ganador de las elecciones u otra, o incluso de una  una personalidad de consenso sin partido. Dado que nadie ha ganado propiamente las elecciones, lo lógico es que proponga a Feijóo como el más votado y con apoyos que le acercan a la mayoría absoluta. Y no proponer a nadie más, vistos los peligros de la situación, de modo que se fuercen nuevas elecciones.

6.Otra cosa es que el rey se atreva a dar el paso.  Esta solución tiene el gran riesgo aparente de que todo el conglomerado en torno al delincuente desencadene una ofensiva general contra la monarquía como remate de su ofensiva contra España. Pero digo aparente porque esa ofensiva, con altibajos, la lleva realizando desde hace años, junto con su ataque a la legalidad constitucional. La monarquía se jugaría su continuidad, pero todo indica que saldría bien  del trance, como salió del golpismo anterior, y sus enemigos perderían mucha  fuerza.

7. Otro peligro sería la actitud del PP. La apuesta sería difícil para un partido tan falto de sustancia política e ideológica, y de políticos de algún fuste, que casi seguramente respondería al envite golpista buscando el acuerdo con él. Pero esto está por ver ahora. Lo importante es que nuevas elecciones  darían principalmente una gran oportunidad a VOX, si sabe jugar bien sus bazas y corregir algunos errores recientes. Toda decisión política comporta riesgos, y el de esta sería convertir a VOX en el “hermano menor del PP”, previo a su propia desaparición.

Pío Moa | Escritor | https://www.piomoa.es/

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