El coste de la factura de la pandemia en la población más joven es demasiado alto: baja un 30% la percepción de tener buena salud, se duplican los problemas mentales y la mayoría ve con desconfianza el futuro
Casi 1 de cada 2 jóvenes han tenido ideas suicidas
El 35,4% de los jóvenes ha tenido alguna vez ideas suicidas, y el 8,9% las tiene a menudo. Y una consecuencia alarmante: en solo dos años (de 2019 a 2021), las ideas suicidas constantes han aumentado tres puntos y se han instalado en el 8,9% (pero el 35,4% lo ha pensado alguna vez).
¿Qué les pasa a los jóvenes?
La mitad de los diagnósticos son depresión (sobre todo a partir de los 25 años), ansiedad y fobias, seguidos muy de lejos (12,6%) por los trastornos de la alimentación (12,6). Los varones tienen mucho más problema que las chicas con las sustancias adictivas (13,8% frente al 3,4%) aunque, globalmente, las mujeres presentan más problemas de salud mental.
Otra pata del bienestar mental son los problemas psicosociales, y la encuesta pone de manifiesto que cambian según la edad: los jóvenes de 15 a 20 años tienen, sobre todo, dificultad para concentrarse (56%) y controlar sus impulsos; los de 20 a 24 años sienten inquietud y desasosiego (47%), irritación, explosividad y agresividad (38%), y a partir de los 25, este tipo de sentimientos es menos habitual (aunque también sienten tristeza, decaimiento y desesperanza).
Es llamativo, y relevante, que este grupo de población suele sufrir cansancio y apatía (48%), miedo e incertidumbre ante el futuro (45%), dificultades para dormir (44%) e inquietud y desasosiego (42%), unos síntomas que están estrechamente relacionados con el estrés que les produce su trabajo y los estudios (63%) y la situación económica (51,4%).
Futuro incierto
Lo cierto es que tienen razones objetivas para estar preocupados, ya que España es el país de nuestro entorno con las cifras de paro juvenil más altas (30%), según la OCDE, seis veces más que Japón (5%). Entre los que trabajan, sueldos bajos y temporalidad chocan con los altos precios de la vivienda. El resultado: tienen que seguir viviendo bajo el techo paterno hasta después de los 30 años (el Consejo de la Juventud en España asegura que solo 1,5 de cada 10 jóvenes puede emanciparse).
Con todo, los más jóvenes son los que menos recursos utilizar para combatir el estrés, y recurren, más que los otros grupos, a emborracharse, meterse en peleas y practicar deportes de riesgo.
Salud física
La salud física de los jóvenes, al menos en la percibida, con un desplome del más del 30% de los que aseguran sentirse bien. Eso también se traduce en una mayor preocupación por su estado de salud, y un aumento de la automedicación (un tercio toma medicamentos sin prescripción), pero también de consumo de fármacos recetados por el médico (el 41% de los jóvenes toma algún medicamento con receta varias veces al mes).
Conclusión: irá a peor
La encuesta revela que la salud de la juventud española no pasa por buen momento, y el 34 % apuesta que España irá a peor, mientras que el 37 % piensa que se mantendrá igual. Por su parte, el 23 % cree que España mejorará en el corto plazo.