Ahora, en tiempo de guerra, de crisis energética y alimentaria, las organizaciones establecidas para evitar la guerra y preservar la paz se están centrando en una indoctrinación ideológica”, aseguró. “Esto no es lo que ahora se necesita. En lugar de ello, debemos recuperar nuestra capacidad de distinguir entre lo esencial y lo irrelevante, lo importante y lo baladí, la realidad y la ficción», concluyó.

Con la misma intención, el Presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, criticó el uso de mecanismos internacionales para promover “ideologías divisivas” e hizo un llamado a los países a cooperar en cuestiones donde sí hay concordancia, “el hambre y la pobreza no son ideológicos”. Giammattei insistió que los gobiernos y mecanismos internacionales deben respetar la soberanía y no interferir con los asuntos de cada estado soberanos y pidió a los países a que protegieran los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”.

Como era de esperar, la postura mayoritaria de los países fue bien distinta y aseguraron que buscan redoblar sus acciones de promover “los derechos sexuales y de salud reproductiva” y de ideología de género.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres dijo que “la igualdad de género está empeorando y la vida de las mujeres está empeorando”, inclusive en “opciones alrededor de la salud sexual y reproductiva”.

El presidente español, Pedro Sánchez, se hizo eco de las declaraciones de Guterres y denunció las “amenazas globales a la libertad sexual y reproductiva de las mujeres” y “recaídas en ciertas democracias avanzadas”.

La ministra de Exterior del Canadá, Melania Joly se quejó de “retrocesos en los derechos sexuales y de derechos de salud reproductiva”, específicamente demandando derechos al aborto: “¡Canadá siempre luchará en favor del derecho de ustedes a decidir!”.

El Presidente de los Estados Unidos, José Biden profetizó que las guerras culturales globales serán ganadas por países que promuevan “derechos reproductivos básicos” y “en los cuales los individuos de la comunidad LGBTQ+ vivan y amen libremente”.

Y todo esto tiene un fin: la Asamblea General de Naciones Unidas pretende declarar, de forma explícita, el aborto como derecho humano universal, y a ser posible, añadirlo a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, Carta fundacional de Naciones, Unidas, de 1948, mejor que mejor.