La persecución y la censura se extiende: Trudeau se une a Scholz y aprueba una ley para perseguir opiniones críticas

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«Es el peor proyecto de censura visto en el mundo libre»

Estamos en una dictadura global del pensamiento único y el ataque a la libertad de expresión que no es solo ya cada vez más evidente y de forma más asfixiante y violento por gobiernos que se dicen democráticos. Quieren terminar con la disidencia. El pensamiento único, como dictadura que és, no admiten la discrepancia.

Tras Alemania ahora viene Canadá

Tras aprobar este pasado mes de febrero el Gobierno de Olaf Scholz una ley incluía la posibilidad de multar a quienes se burlaran en las redes sociales del Ejecutivo alemán, ahora llega el turno del Gobierno ‘globalista’ de Canadá.

El Consejo de Ministros presidido por uno de los hombres del globalismo, Justin Trudeau, ya tiene lista la legislación que han bautizado como «Ley de protección contra daños online». Se trata de una legislación federal, que se aplicará en todo el país y cuya aprobación el Partido Liberal —el de Trudeau— ha justificado con la excusa de ser una herramienta dirigida a proteger la seguridad de los niños que navegan en Internet.

Pero con esa excusa, la nueva norma supone de facto la creación de un regulador que supervisaría la conducta en las plataformas de Internet persiguiendo todo tipo de discursos que los legisladores del Partido Liberal puedan considerar dañinas, como por ejemplo las que hagan referencia a la inmigración ilegal o el lobby LGTBI. Son los mismos conceptos que se han aprobado en la ley alemana. Casualidad. ¿Verdad?

De esta forma, según la ley, las propias plataformas de streaming y las redes sociales, serán legalmente las encargadas de regular los ‘discursos de odio’. Después, su moderación de los contenidos será auditada por mencionado regulador, que será bautizado como organismo de ‘seguridad digital’ para asegurarse de que no han permitido opiniones que el Gobierno considera radicales en su proyecto de ley.

Denuncias anónimas y sin ser afectados

La denuncia podrá hacerla cualquier ciudadano anónimo, ni siquiera será necesario que provenga de quien se considere afectado.

Además, la normativa contempla cuantiosas sanciones por hacer comentarios que el organismo de control designado por el Gobierno con personas afines considere culpables de «fomentar el odio o la difamación de un individuo o grupo». Por ejemplo, por hacer comentarios críticos sobre hombres trans cambiándose en vestuarios femeninos, las multas pueden llegar a 20.000 dólares canadienses para las supuestas víctimas, y hasta 50.000 para el Estado. 

Reacciones en contra

La preocupación por la nueva normativa entre las empresas afectadas y los ciudadanos ha provocado una avalancha de peticiones al Defensor del Pueblo canadiense para que analice si la nueva ley supone una violación del derecho a la libertad de expresión.

Esta no es una iniciativa nueva para el globalista Trudeau. El Primer Ministro prometió por primera vez en campaña electoral una ley contra los discursos de odio online en 2019, aunque las elecciones anticipadas de 2021 impidieron que su Ejecutivo culminara el proyecto.

(Fuente: María Durán /La Gaceta)

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