La patronal de los abortorios (ACAI) – o como la llaman también, la patronal del negocio de la muerte- ha publicado un documento que indica que las mujeres que deciden matar a sus hijos antes de nacer tienen menos problemas médicos cuando acuden a sus abortorios que cuando se toman pastillas para abortar.
«Los datos correspondientes al dolor y el sangrado durante el procedimiento» de matar y retirar los restos biológicos del no nacido «apuntan a una mayor presencia de dolor en el método farmacológico en comparación con aquellas aspiraciones en las que se hizo uso de anestesia local paracervical, si bien en aquellas en las que se usó sedación o anestesia general los niveles de dolor son 0.»
«De igual forma ocurre en los días posteriores», explica la patronal abortista, «en los que un 16% más de mujeres que optaron por el método farmacológico declaran sentir dolor, siendo éste además de mayor intensidad y duración».
Por último, las mujeres que optaron por matar a sus hijos no nacidos «de forma instrumental reportaron un 7% de efectos secundarios y un 0.5% de complicaciones, mientras que el 58% de aquellas que eligieron el farmacológico reportaron efectos secundarios y un 20.5%, complicaciones, principalmente derivadas de la evacuación incompleta del útero», es decir, derivadas del hecho de que los restos de sus hijos ya fallecidos quedan todavía dentro de su cuerpo.
El documento de la patronal del negocio de la muerte viene a indicar que es mejor que las mujeres aborten pasando por un abortorio a que lo hagan en sus casas tomando pastillas. Obviamente eso supone más dinero para el negocio del aborto.
El estudio de ACAI llega tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros de un nuevo proyecto de ley del aborto, que anima al uso de medicamentos para abortar.
Para el Vicepresidente del Instituto de Política Familiar (IPF), Mariano Martínez-Aedo, «una vez que consideran que han conseguido consolidar el aborto como un «derecho» (= negocio), defienden sus intereses ya sin adornos. Es sintomático como ellos mismos denuncian (aunque por motivos interesados) el descontrol del aborto químico, más barato para las arcas públicas pero manejado sin controles, din que en algunas comunidades controlen todos (así la estadística baja y alarma menos)». Y prosigue «Por otra parte, las PDD («píldoras del Día después») que como los abortivos, son auténticas bombas hormonales, unido a su distribución «libre» y gratuita (incluso a menores) muestran el abandono suicida y criminal de nuestra sociedad y autoridades a las mujeres, especialmente las adolescentes y las jóvenes».
(Con información de InfoCatólica)
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