Un reciente informe de un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU insta a los gobiernos a limitar drásticamente la objeción de conciencia en hospitales y entre profesionales sanitarios respecto al aborto.
Esta medida es un ataque frontal contra la libertad individual, la soberanía de las naciones y los principios éticos fundamentales.
Según el informe del Grupo de Trabajo sobre la Discriminación contra las Mujeres y las Niñas de la ONU, y recogido por Infocatólica, los Estados tienen la “obligación” de garantizar el acceso universal al aborto, incluso en hospitales religiosos. En este contexto, la objeción de conciencia institucional es calificada como «inadmisible» y una «violación de derechos humanos». Además, se sugiere que los derechos de conciencia solo sean aplicables a individuos y sean «estrictamente definidos». Esto significa que los hospitales y clínicas podrían verse obligados a realizar abortos, incluso en contra de sus principios fundacionales.
Sectarismo del Grupo de Trabajo y no representativo
El Grupo de Trabajo sobre la Discriminación contra las Mujeres y las Niñas está compuesto por cinco activistas y académicas de ideologías feministas. Este grupo, claramente marcado por un sectarismo ideológico, demuestra una falta de representación de otras tendencias, lo que refuerza su carácter parcial e ideologizado. Al no incluir perspectivas diversas en sus recomendaciones, el grupo deja patente su inclinación hacia una única visión que no representa a la totalidad de la sociedad ni respeta la pluralidad de convicciones.
Cómo la ONU atenta contra la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios
El informe también propone que los gobiernos «prevengan y reformen leyes» que permitan a los profesionales sanitarios invocar la objeción de conciencia. En su lugar, exige que cualquier médico que rechace practicar un aborto sea obligado a derivar a la paciente a otro profesional dispuesto a realizar el procedimiento. En situaciones de emergencia, el informe señala que los médicos no deberían tener derecho a ejercer dicha objeción. Además, se insta a que enfermeros y personal auxiliar también participen en procedimientos de aborto, eliminando cualquier posibilidad de excusa basada en principios morales o religiosos.
Esta postura constituye un claro atentado contra los derechos individuales de los profesionales sanitarios y sus creencias personales. Al forzar la participación en procedimientos moral y éticamente inaceptables, la ONU no solo coarta la libertad de conciencia, sino que también vulnera los principios fundamentales de la profesión médica.
Una dictadura global que impone el aborto
Este intento de eliminar la objeción de conciencia es mucho más que una simple recomendación. Es un claro ejemplo de cómo la ONU promueve una auténtica dictadura ideológica a nivel global. Ya no se contentan con promover el aborto; ahora pretenden imponerlo, prohibiendo a los médicos y hospitales actuar de acuerdo con sus convicciones.
El control que la ONU busca ejercer sobre los sistemas sanitarios nacionales es un ejemplo más de cómo las instituciones supranacionales intentan usurpar la soberanía de los Estados. La promoción del aborto como un «derecho internacional», pese a no estar reconocido como tal en ninguna legislación internacional vinculante, deja en claro la agenda globalista que se esconde detrás de estas medidas.
Discriminación contra los profesionales provida
El informe también sugiere que los hospitales puedan discriminar contra profesionales sanitarios con creencias provida, alegando que esta medida garantizaría la disponibilidad de médicos dispuestos a realizar abortos. Esta propuesta no solo es discriminatoria, sino que viola los derechos laborales y de libertad religiosa de miles de trabajadores sanitarios.
Obligar a profesionales que defienden la vida a participar, directa o indirectamente, en abortos es una muestra de la intolerancia que predomina en la agenda de ciertos sectores de la ONU. ¿Cómo se puede hablar de derechos humanos cuando se pisotean las convicciones personales y se discrimina a quienes defienden la vida desde la concepción?
Consecuencias para la soberanía nacional
Estas recomendaciones también representan un grave ataque contra la soberanía de los Estados. Al exigir la despenalización del aborto en todas las circunstancias, la ONU intenta imponer una agenda global que no toma en cuenta las particularidades culturales, religiosas y legales de cada país. Las naciones tienen el derecho y el deber de legislar en función de los intereses de sus ciudadanos, no bajo la presión de organismos internacionales.
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