La miopía política | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Esta semana ha sido de locura, porque era imposible atender a todos los frentes abiertos, no ya por la agenda que la propia semana nos daba, sino por la contra-agenda que los propios de la misma nos dieron a lo largo de los diferentes eventos sucedidos.

Tenemos por un lado a un individuo, cuyo único objetivo es perpetuarse en el puesto de mando, no ya porque le guste mandar, que le gusta, sino porque se ha dado cuenta del inmenso continente económico que el poder tiene. Desconocemos totalmente cuál va a ser el montante final del dinero y el usufructo del mismo, que va a generar esos dineros que esta gente se está llevando, más importante que el que ya se ha llevado, y que el que planea llevarse en el futuro, que si por él y ellos fuese no tendría fin.

Recuerdo perfectamente que cuando yo era joven, estamos hablando de 1975, el déficit de la nación española era lo que podríamos considerar como un déficit técnico, que además se mantenía en el tiempo y el espacio y que nunca rebasaba el 5%, algo inusual hoy en día, que apenas si tiene relevancia, cuando estamos situados muy cerca ya, y a ello llegaremos pronto, el 150%. Algo totalmente irrecuperable por un estado que no disponga en un momento dado de algún ingreso extraordinario con un yacimiento de petróleo o algún material estratégico.

Cosa que este país, antes llamado España, y de forma curiosa si posee, y concretamente en la plataforma canaria, pero los avariciosos del poder, no han tenido, ni tienen, ni tendrán más interés que él suyo propio. Y dirán que cómo llegan a esta situación, porque fueron y son captados, por precisamente su avaricia, en esos tentáculos del poder global que son los partidos políticos actuales, meras sucursales de las internacionales a las que están suscritas y que en definitiva han tomado su control desde el interludio de las dos guerras mundiales.

Pues esas personas carentes de valores son quienes están ocupando los puestos de dirección de los diferentes escalones de poder de muchas de nuestras instituciones. Cómo y cuándo se nos está llevando a esa situación, pues en el caso de esta nuestra España se produce desde mucho antes de 1975, quizás 1965 podríamos situarlo en el punto de inicio, aunque es la situación propia de la Segunda Guerra que creo uno rio de dinero para comprar voluntades de políticos, militares y sobre todo gente de la economía en la España de Franco.

Todo lo anterior gestionó una cadena de influencias, responsable del: “yo te subo, tú me subes” que, en el primer momento de la Transición, hubo quien quiso mantener su estatus económico y social a cualquier precio y hubo quien quería entrar a repartir la tarta, pero solo para él y los suyos. Ninguno tenía la fuerza suficiente para obtener el poder, pero curiosamente todos los intereses confluyen en un punto, obtenerlo. Tras eso, debemos recordar ese año constitucional, en que franquistas de toda la vida, independentistas y teóricos de izquierdas decidieron irse a un parador de turismo, el más antiguo de España, para después en la propia capital repartirse lo que quería cada uno y que a los demás apenas influía, a corto plazo.

Contaban con el control de muchos políticos del Antiguo Régimen, y los que no apoyaban como alguno que conocí, se procedió a cerrar sus grifos de financiación y atacarlos económicamente hasta lograr o su connivencia o su destrucción económica y social. Casos sangrantes como el del famoso alcalde de un importante pueblo levantino, que con un patrimonio de 700 millones de pesetas de las de entonces, tuvo que trabajar de guarda en una obra, hasta que gracias a un trabajo que tenía en excedencia, en una caja de ahorros, recuperar algo de su anterior vida.

Por el otro lado, gente que se estaba manteniendo en la vida con lo justo, recibió importantes inyecciones de dinero de la socialdemocracia alemana, que les financió a ellos y a su proyecto, con el consiguiente futuro pago de interés. Véase ese ingreso de España que, de la 8ª potencia mundial, pasa a ser en la actualidad más cercana a la 30, que a la 20. Todo un logro del desmantelamiento de la primera potencia de construcción naval, por ejemplo, a no ser prácticamente nadie. Lo que antes comentaba de los lobbies internacionales, que ya controlaban los partidos y las personas en Europa.

Todo eso cuajó en una hoja de ruta, que los que se hicieron con el poder en los años ochenta, ahora son incapaces de controlar, pues sus herederos, ya no se conforman con migajas y habida cuenta la cobardía y la miopía de un pueblo, al que se le ha adocenado con la vida muelle, la vida fácil y la subvención, más cómoda que el trabajo y el esfuerzo, pero que provoca la desarboladura de una Nación. Y ahí estamos en la bancarrota inmediata, la falta de conocimiento de sí mismo con esa estupidez flagrante de no conocer el sexo propio o la dictadura de los políticamente correctos. Algo que esos lobbies han conseguido instrumentalizar en los colocados y subvencionados por ellos. Sin prisa, pero sin pausa.

Y quién es el fiel reflejo de estas nuevas generaciones de los lobbies, pues una pandilla de personajes, carentes de conocimientos, pero con mucha labia, que hacen lo que les mandan y que carecen de empatía hacia quien ha nacido en la misma tierra que ellos. Todo lo anterior es políticamente incorrecto, pero es la fotografía de una generación que ha tomado el poder para saquear España, con la intención de luego huir. Pero yo solo tengo una pregunta: ¿a dónde pensáis ir con el producto de vuestra rapiña? Posiblemente no tengáis donde ir, porque esto está sucediendo en todo el primer mundo.

Vuestra miopía es tremenda, solo conocéis la moqueta y no el barro, que es lo que hay fuera. Yo estuve en el barro, vosotros me mandasteis allí a llevar el agua a los afganos, como dijo en las cortes Zapatero tras la caída de dos helicópteros. Esa es vuestra visión, “ninguna”. Sois unos miopes, que no os estáis dando cuenta de que los animales, nunca cagan donde comen, vosotros sí. Y ahí lo dejo….

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