La Hora de las Ratas | Paco Álvarez

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Nunca pensé que iban a llegar tan lejos los nazionalistas como lo han hecho estos días en los que hemos visto todo tipo de amenazas e incluso de manifestaciones contra un niño de cinco años y sus familiares por la razón de que quieren que su hijo estudie ¡UN 25%! de sus clases en español en España. Es sin duda la hora de las ratas, han salido de las más sórdidas alcantarillas, de las zahúrdas de Plutón, para intentar amedrentar a cualquiera que no piense como ellos, a cualquiera que no siga el uniforme nazi que impone una sola lengua en un lugar donde ya no hay libertad alguna. Donde atacan a los niños por querer salir de la trampa nacionalista, donde son las ratas las que mandan, donde un Consejero de las ratas se niega a hablar ante los medios de comunicación en el idioma del Estado español que representa y nadie le retira el micro ni le manda de vuelta a la alcantarilla. Ese rata no fue ahí para defender la libertad de ese niño, sino a apoyar que el colegio le margine. Qué puñetero asco dan.

Es la hora de las ratas. Los aliados de Sánchez apoyaron esa manifestación. Él es el flautista que ha permitido que salgan a la calle a vomitar su odio contra la libertad y la democracia –contra un niño-  y que de paso, nos llamen a nosotros fascistas. Ellos. Ellos que no admiten en su fábrica de adoctrinamiento más que un idioma. El de la aldea, el del pueblo. No quieren que sus hijos sean capaces de entenderse más allá de su tierra plana. Los prefieren brutos a libres. Mientras que en todo el mundo se procura que los niños hablen cuantos más idiomas mejor, ellos, los nacionalistas están creando una generación de tarados. Goebbels también dijo que lo más importante era controlar las escuelas. Hitler dijo que los opositores a su régimen, pronto pasarían, pero que sus hijos tenían sitio reservado en el campamento.

Ya sabemos a dónde llevó eso. Y hoy no está pasando en el Berlín de posguerra, está pasando en España, en el siglo XXI y mientras el gobierno se mira el ombligo y no se atreve a mover ni una ceja, no sea que se les acabe el chollo. Recuerda demasiado a la niña negra escoltada por el FBI para poder ir al colegio en el sur de Estados Unidos, recuerda mucho al niño judío expulsado del colegio ario…. Cuando en Madrid se dio a conocer una presunta agresión homófoba, que resultó ser un fraude por cierto, Pesánchez salió en la tele a convocar una comisión urgente anti-odio. No podía permitirse que a este señor le hubieran grabado nada en el culo. ¿A dónde vamos a llegar? Hoy que un niño, que una familia, está pidiendo socorro ante la avalancha de ratas… ¿dónde está Pesánchez? ¿Ocupado en que los niños jueguen con Nancys? ¿Negociando con Netflix que a un Rufián le dejen ver la Casa de Papel en catalán?. Por cierto, el catalán es un idioma español.

Ah no, sale a la palestra el mininistro (está bien escrito) el comunista de salón llamado Garzón, que va a venir él a decirnos con qué y con qué no, pueden jugar nuestros hijos. Le invito cordialmente a venir a decírmelo a la cara en vez de encargar anuncios patéticos de a 80.000 la tirada. Mientras este comunista nos propone jugar con muros de Berlín, el problema de los niños españoles no es con qué juegan, sino que no pueden estudiar en su idioma materno, un Derecho recogido por cierto en la Declaración de derechos el niño de la ONU.

Pero es que es aún peor. El mininistro ha salido a defender a las ratas (tampoco me extraña), aduciendo que no ve problema alguno, que en España el Castellano tiene demasiados privilegios y que en cambio otros idiomas (que él tampoco habla) están en peligro. Hombre mininistro, lo que está en peligro es el Derecho de un niño, de todos los niños. Lo que está en peligro es la credibilidad de un gobierno en el que caben ineptos como usted, adoradores de dictaduras como la de la República Democrática alemana, esa tan simpática, donde los niños no podían jugar a según qué cosas porque estaba prohibido…

España tiene algunos problemas y el mininistro Garzón es uno de ellos. Uno, cada vez más gordo.

¿La portavoz del Gobierno? Tras demasiados días, ha salido al frente. ¿A defender al niño? ¿A defender el español? ¿A pedir que la Generalidad cumpla las sentencias? NO. A pedirle a la oposición que no haga política con los idiomas oficiales del Estado. Vayaustedalgüano, hombre. Ya ni se esconden dicen frases que sólo esperábamos de un roedor. Me extraña que no le salieran bigotes, le crecieran las orejas y se le alargara la nariz mientras pronunciaba tamaña memez. De todas formas, como la oposición está demasiado ocupada disparándose a los pies, tampoco ha salido con la escoba a poner orden. Nadie le ha preguntado al gobierno que por qué los nazionalistas, sus socios, pueden hacer política con los idiomas y los demás no. Debe de ser que no tenemos permiso y como ahora es el gobierno el que da el permiso para todo… pasaporte covid, creo que se llama…

Hoy no se habla de este niño, ni de las ratas. Hoy se habla de la incidencia, de si hay que vacunarse cuatro o cinco veces más, del volcán de la Palma, de que si van a prohibir fumar…

Si la crisis aumenta, hablarán de Franco. Me juego las doce uvas. Mientras tanto, les dejo con una pregunta: ¿Quién es más rata, el que permite que las ratas amedrenten a niños o las ratas que lo hacen porque esa al cabo (y al rabo), es su naturaleza?

Pues eso. Pero no se preocupen. La luz sigue subiendo. El combustible por las nubes. La inflación como nunca desde mucho antes de que dejamos de pagar en pesetas. La mortandad, como en 1941. Y a esto lo llama el del Falcon, “la consolidación de la recuperación”. Pues agárrate a la silla. Al menos las otras ratas son coherentes con su “ratitud” éste en cambio, miente más que habla. Y cada día habla más. Seguirá mintiendo mientras no haya elecciones que con suerte y si los demás dejan a un lado las luchas internas, le devuelvan a la alcantarilla con sus amiguitos esos con los que nunca, nunca, nunca, pactaría.

Bueno. Pronto será Navidad. Y a este niño de Canet, a pesar de tanta rata, le dejarán de regalo Libertad. Que no la pierda depende de nosotros.

Paco Álvarez | Escritor

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