Pensábamos que conectar el mundo traería una paz duradera. Pero, más bien, nos está separando. Esta es la tesis de Mark Leonard en su último trabajo, titulado «La era «sin paz»» (The Age of Unpeace, 2021) y que acaba de ser publicado recientemente en español.
Director y cofundador del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) su punto de partida es que, en las tres décadas desde el fin de la Guerra Fría, los líderes mundiales han estado integrando la economía, el transporte y las comunicaciones del mundo, derribando fronteras con la esperanza de hacer imposible la guerra. Pero han creado, sin pretenderlo, un formidable arsenal de armas para conflictos “de nueva generación”. La globalización misma se ha visto convertido en un arma. La conectividad cada vez mayor tanto a nivel económico y financiero, como social y cultural, genera una nueva realidad en términos de desequilibrios de poder. Las conexiones hacen vulnerable a un país y, por tanto, generan más inseguridad. Describe un mundo atravesado por la conectividad como principal característica contemporánea, analiza las renovadas ocasiones para el conflicto que esa conectividad supone y esboza una nueva topografía del poder, así como una posible alternativa para desactivar esa conectividad. Uno de los criterios de análisis es la teoría de la comparación social y de la identidad social. Si las personas se autoevalúan y se valoran o no en función de la comparación con otros, el entorno digital hace posible una comparación global.
Crece el conflicto entre individuos en las redes sociales, en Europa del Este, y entre Estados Unidos y China; se extiende la guerra cibernética y la amenaza de grandes flujos migratorios; hay incapacidad para cooperar en el cambio climático o en el modo de afrontar una pandemia; no hay un consenso que permita distinguir entre guerra y paz, y que establezca sanciones aprobadas por todos. También se muestra el enfrentamiento tecnológico en hardware, software, los chips, el 5G, la inteligencia artificial, los algoritmos y la minería de datos entre las dos grandes potencias. El argumento es mostrar cómo la conectividad genera conflicto y ha generado una nueva topografía del poder, los tres imperios de conectividad, que son Estados Unidos, China y la Unión Europea, y un cuarto mundo, que necesariamente tendrá que adscribirse a uno de los tres anteriores, y estaría formado por países como India, Rusia, Turquía, Japón, Corea, Australia y los grandes países africanos.
Leonard analiza los entornos de toma decisiones donde se diseña nuestro futuro, desde las sedes de las compañías tecnológicas, los laboratorios de reconocimiento facial y los centros de innovación militar. Al tratar de comprender cómo la globalización ha roto su promesa de hacer nuestro mundo más seguro y próspero, expone cómo alcanzar un futuro más esperanzador en una era sin paz. Tras la Guerra Fría, los líderes mundiales han integrado la economía, el transporte y las comunicaciones del mundo, derribando fronteras con la esperanza de hacer imposible la guerra. Pero han creado, sin pretenderlo, un arsenal de armas para conflictos “de nueva generación”.
(Autor: Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
La era «sin paz»
Mark Leonard
Editorial Rialp
288 páginas
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