La dignidad, más necesaria que nunca | Jacinto Seara

La dignidad humana es un valor intrínseco al ser humano al nacer, para muchos desde que un feto en el vientre de la madre, dignidad que se transfiere a la realización de las categorías de los derechos humanos, cumpliendo con el respeto a los derechos culturales, sociales y económicos. La Dignitas infinita recogidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948) por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el valor de la dignidad humana está constituido por la convergencia de tres principios: el principio de la libertad de la persona, el principio de beneficencia y el principio de privacidad. Desde siempre es uno de los más importantes principios de la doctrina católica, contenido en la palabra de Dios y explicado constantemente en todas sus enseñanzas: el hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios, por tanto, nadie debe ser forzado a abrazar la fe contra su voluntad.

Desgraciadamente la cultura woke dominante en occidente es la que le lleva a decir lo anterior

Gregor Puppinck, director general del Centro Europeo para la Ley y la Justicia, dice: “la distinción entre lo que yo llamo la dignidad encarnada y la dignidad desencarnada. Creo que esto es muy útil para entender cómo los derechos humanos hoy día están atrapados en una lucha entre dos enfoques diferentes sobre el entendimiento del ser humano.” Desgraciadamente la cultura woke dominante en occidente es la que le lleva a decir lo anterior. Lord Young, director de la Free Speech Union, ha expresado también su malestar al respecto: “Es increíble que las escuelas estén suspendiendo a menores de tan solo cinco años por incumplir su política de transfobia. Creo que, si una ideología es tan rígida que justifica castigar a niños y niñas pequeños por no cumplirla, es un argumento sólido para descartarla y optar por algo menos dogmático”, por esa ideología se han violado las dignidades de muchas personas.

Jacinto Seara | escritor y científico

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