2022 arrancó con una inflación del 6,1% en enero y en marzo la inflación ya se aproximaba al 10%, una barrera que se sobrepasó unos meses después, en junio. El pico se alcanzó el julio, cuando la cesta de la compra fue un 10,8% más cara que un año antes. Desde entonces la senda se ha mantenido descendente y en diciembre la inflación general se ha situado en el 5,8%, la variación del IPC más moderada del año pero en todo caso con signo positivo, lo que evidencia una persistente subida de precios.

Además, el contagio de la energía al resto de la cesta de la compra se deja notar especialmente este mes en la inflación subyacente, que supera a la inflación general por primera vez desde febrero de 2021 al subir hasta el 6,9%, frente al 6,3% de noviembre. 

Para hacernos una idea de su importancia, en toda la serie que arranca en 2002 no se había experimentado una tasa de tal magnitud. A falta de ver qué rúbricas están levando los precios, el INE avanza que siguen al alza los de los alimentos elaborados.

En noviembre la tasa de los alimentos y bebidas no alcohólicas se situó en el 15,3%, solo una décima inferior a la de octubre (15,4%) y prácticamente la más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994. Por su parte, los muebles y artículos del hogar siguieron creciendo, con una tasa en noviembre del 8,3% (frente al 8% de octubre). Servicios como el ocio y la cultura (3,2%) y los restaurantes y hoteles (7,6%) tampoco variaron apenas.

La posibilidad de que esta inflación permanezca durante más tiempo y sea más dañina dependerá de los denominados efectos de segunda ronda, es decir, si los salarios y los márgenes empresariales retroalimentan los precios. De momento, no hay indicios de que esto esté ocurriendo pero sí riesgos al alza, tal y como ha advertido esta semana el Banco de España (BdE).

No solo es España pero somos de los peores de la Eurozona

En todo caso, la inflación no la sufren sólo los españoles, sino que es un problema global, lo que está evitando que nuestras empresas pierdan competitividad. Desde primavera el Ejecutivo de Pedro Sánchez defiende que la inflación es fundamentalmente importada y generada por la guerra.  Pero no es cierto, España registró durante 17 meses una inflación superior a la media de la Eurozona, una situación que se invirtió en el mes de septiembre (entre otros motivos, por la medición de la electricidad antes mencionada y por la fuerte bajada de los precios energéticos potenciada por la excepción ibérica).

(Con información de VozPopuli)