El numero de personas de extranjeros que han asesinado a mujeres en la primera mitad este 2025 (53%)contrasta drásticamente con el porcentaje de extranjeros que viven en nuestro país, tan solo un 13,4 %
La inmigración ilegal y los asesinatos de mujeres ya no pueden seguir siendo ocultados por el Gobierno. Más de la mitad de los feminicidios de 2025 los cometieron extranjeros.
El silencio oficial ha terminado: los datos confirman nuestras denuncias
En los primeros seis meses de 2025, 15 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. De esas muertes, 8 fueron cometidas por extranjeros, lo que representa un alarmante 53,3 % del total, según datos oficiales del Ministerio de Igualdad.
Este dato choca frontalmente con la composición demográfica de España. Apenas un 13,4 % de la población es de origen extranjero. Sin embargo, superan el 50 % de los feminicidios. El Gobierno socialista ha tratado de ocultar esta verdad incómoda durante años. Hoy, ya no puede negarla.
Inmigración ilegal y asesinatos de mujeres: el peligro que se tolera
Según el documento publicado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, se detalla que:
- Once mujeres fueron asesinadas dentro de la relación sentimental.
- Cuatro fueron asesinadas por sus exparejas.
- En todos los casos, las mujeres convivían con su asesino en el momento del crimen.
Esta estadística desvela un patrón repetido: los asesinatos de las mujeres se multiplica cuando la inmigración descontrolada entra en escena. El multiculturalismo forzado y la tolerancia a modelos culturales contrarios a nuestros valores están cobrando vidas. Literalmente.
La inmigración ilegal y los asesinatos de mujeres no son hechos aislados. Forman parte de un patrón que se repite año tras año.
Feminicidios en 2024: la tendencia ya era evidente
En 2024, 47 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. De los presuntos agresores:
- 29 eran españoles.
- 17 eran extranjeros.
Esto supone un 37 % de autores extranjeros, un dato ya preocupante que en 2025 se ha agravado gravemente. La curva no desciende, se dispara. Y el Gobierno mira hacia otro lado.
Ana Redondo, actual ministra socialista de Igualdad, sigue sin especificar en sus informes oficiales la nacionalidad concreta de los agresores extranjeros. La omisión es evidente: no quieren que el ciudadano sepa la verdad.
El control de la información es la primera herramienta del totalitarismo. Pero los datos oficiales, aunque incompletos, confirman lo que venimos denunciando: la relación entre inmigración ilegal y asesinatos de mujeres es real y creciente.
El peso de la inmigración extranjera en Andalucía y Cataluña
Las regiones más golpeadas por estos crímenes son también las que albergan mayores bolsas de inmigración extranjera.
En Andalucía:
- 10 mujeres fueron asesinadas en 2024.
- 852.791 habitantes tienen nacionalidad extranjera.
- Representan un 9,9 % de la población andaluza.
- La nacionalidad extranjera predominante es la marroquí (172.327 personas).
En Cataluña:
- 12 mujeres asesinadas.
- 1.361.981 personas extranjeras (17,2 % de la población).
- La mayor nacionalidad también es la marroquí (234.054 personas).
Estas cifras no son una coincidencia. La concentración de inmigrantes ilegales en determinadas regiones coincide con una mayor incidencia de crímenes contra las mujeres.
La ideología de género, que culpabiliza al varón español mientras silencia la violencia importada, ha fracasado estrepitosamente.
La complicidad del Gobierno y los medios
Durante años, el relato oficial ha escondido tras la palabra «machismo» todos los asesinatos de mujeres, evitando analizar el origen cultural o nacional de los agresores. Se ha creado un discurso maniqueo donde el español es el agresor sistémico y el extranjero, una víctima más del sistema.
Pero cuando la inmigración ilegal y los asesinatos de mujeres comienzan a converger estadísticamente, el relato se tambalea. Y con él, toda la política de integración impuesta desde Bruselas y respaldada por La Moncloa.
No se puede seguir tolerando una política migratoria que abre la puerta a perfiles violentos y pone en peligro a nuestras mujeres. No se puede seguir mintiendo a la población mientras aumentan las víctimas.
Cerrar las fronteras, depurar las cifras y defender la verdad es el primer paso para proteger a las familias españolas.
