El Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha quitado la careta. Ahora ya no simula. Quiere acabar con la libertad de expresión, sociedad civil y con toda disidencia organizada. La supuesta “memoria democrática” es solo el disfraz de una ofensiva totalitaria. El primer blanco es la Fundación Francisco Franco, pero el objetivo final es liquidar a toda la sociedad civil que no comulgue con su dogma.
El Ministerio de Memoria Democrática, dirigido por el masoncete Ángel Víctor Torres, ya tiene preparado el informe que justificará el inicio del procedimiento para prohibir la FNFF. Además, contempla solicitar su suspensión provisional, es decir, anular su actividad de inmediato sin necesidad de sentencia. Se trata de una medida excepcional que atenta contra el principio de legalidad.
Y no lo ocultan. Lo dicen en una respuesta parlamentaria al diputado separatista de ERC, Francesc Marc Álvaro. Lo hacen con total impunidad. Porque pueden. Porque controlan todos los resortes del poder.
Esto no es democracia. Es represión ideológica. Es ir contra la libertad de expresión. Es la aplicación literal de la máxima maoísta: “Asesinado a uno, educado a miles”.
No buscan justicia, buscan escarmiento. Quieren mandar un mensaje claro a toda la sociedad: si piensas distinto, prepárate. Hoy es la FNFF. Mañana será cualquier asociación, fundación, universidad o medio independiente. Y después irán a por los partidos políticos que no rindan pleitesía al nuevo régimen.
La Fundación Franco es el chivo expiatorio de la dictadura sanchista. Saben que no es una amenaza al Estado. No tiene poder político. No dicta leyes. Solo defiende un legado histórico que molesta al socialismo y al comunismo. Pero esa es su función en este plan: ser el chivo expiatorio.
Necesitan una víctima para justificar la represión. Sánchez quiere que todos vean lo que ocurre con quien desafía su “verdad oficial”. Así infunde miedo. Así silencia. Así avanza su dictadura posmoderna. Ilegalizar la FNFF no es solo ilegal, es la antesala del totalitarismo.
Sánchez ya tiene el control casi absoluto. Ya ha colonizado todo el aparato institucional. No queda ni una sola instancia de poder que sea independiente. Quedan restos. Controla el Banco de España, la CNMV, la CNMC, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado, RTVE, y las principales infraestructuras estratégicas: Redeia, Enagás, AENA y Telefónica. Incluso ha manipulado al CIS, que ha dejado de hacer encuestas para pasar a hacer propaganda.
Controla también los grandes medios de comunicación. No solo mediante subvenciones millonarias. También a través del miedo, el chantaje y el silencio impuesto. Los periodistas que disienten ya no tienen cabida en las tertulias, ni en las redacciones, ni en los despachos de las grandes cadenas.
Pero le quedan restos de tres frentes: Judicatura, medios libres y sociedad civil. Le quedan tres frentes por someter: La judicatura, que resiste de forma muy parcial. Solo algunos jueces independientes; El periodismo libre y crítico de Internet y las redes sociales, que no dependen de subvenciones; y la sociedad civil que no se acobarda a pesar de los ataques.
Su estrategia es clara: desprestigiar, perseguir y censurar. No puede controlar a los jueces honestos, así que los acusa de lawfare. No puede comprar a los medios libres, así que los censura con leyes mordaza digitales. No puede callar a las fundaciones y asociaciones independientes, así que las ilegaliza.
¡Es la libertad, estúpido! parafraseando una frase muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton. No es Franco. Es la libertad de expresión. Es la sociedad civil. Ilegalizar la Fundación Franco es ilegalizar a la sociedad civil, es cancelar y reprimir la libertad de expresión. A ti y a mí. A los que defendemos la vida, la familia y la libertad. A los que creemos en la unidad de España. No se trata de la fundación. Se trata del modelo de sociedad. Si callamos hoy, mañana seremos nosotros los perseguidos.
Lo que está en juego es mucho más que una institución concreta. Está en juego la libertad de expresión, la libertad de pensamiento y la supervivencia de España como nación libre. No es exageración. Es el análisis de los hechos.
Vivimos un momento decisivo. El Gobierno ha declarado la guerra a la verdad, a la libertad y a la historia. La cancelación de la Fundación Franco es el primer disparo de una nueva ofensiva totalitaria. Hoy quieren borrar una fundación. Mañana borrarán nuestras ideas. Pasado mañana borrarán nuestra identidad como pueblo. Pero aún estamos a tiempo.
Este diario no se callará. No será cómplice. No pactará con los enemigos de España. Desde aquí defenderemos la libertad, la familia, la vida y la verdad. Porque sin verdad, no hay libertad. Y sin libertad, no hay patria.
1 comentario en «¡Es la libertad, estúpido! La ilegalización de la Fundación Franco es el ensayo para cancelar a la sociedad civil»
Si la oposición no brillara por su ausencia no pasarían estas cosas.