Iglesias acusa de violar la «seguridad nacional» hacer sonar a Manolo Escobar

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Pablo Iglesias quiere ver entre rejas a todo aquel que protesta ante su casoplón. Y lo demuestra día a día con su deseo de que Miguel Ángel Frontera sea condenado. Se trata del hombre que hizo sonar el himno de España y el pasodoble ‘¡Que viva España!’ de Manolo Escobar delante del casoplón del vicepresidente y su mujer ministra. Pero ahora, el ansia de incrementar los años de condena ha llevado a Iglesias directamente a denunciar que el fan de Manolo Escobar realmente estaba accediendo y revelando secretos que afectan a la «seguridad nacional».

Peligrosos secretos de Estado que merecen el más duro de los castigos. Porque, como se desprende de su acusación, el propósito del hombre que hacía sonar coplas a su paso, era acceder a los más ocultos secretos en la mente del vicepresidente social.

Frontera aún no da crédito a la nueva acusación recibida de manos de los representantes legales de Pablo Iglesias: revelación de secretos que afectan a la seguridad nacional (artículo 599 del Código Penal). Así lo atestiguan las alegaciones presentadas en el juicio contra Frontera por parte del vicepresidente. Allí, los abogados de Pablo Iglesias señalan lo siguiente: «La primera cuestión que planteamos es que consideramos que la instrucción se debe dirigir también por la posible comisión de un delito de alteración del orden público del artículo 599 del Código Penal y otro contra los recursos naturales y el medioambiente del artículo 325 del mismo Código».

El artículo 599, efectivamente, está diseñado para incrementar las penas por la gravedad de un determinado tipo de comportamiento: el que revela el artículo 598. Así, el 599 señala que «la pena establecida en el artículo anterior se aplicará en su mitad superior cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes».

La primera de ellas, «que el sujeto activo sea depositario o conocedor del secreto o información por razón de su cargo o destino».
Otra, «que la revelación consistiera en dar publicidad al secreto o información en algún medio de comunicación social o de forma que asegure su difusión».

El artículo 598 detalla el concepto clave: la revelación de secretos especialmente delicados por afectar a la seguridad nacional. Así se establece en el capítulo III, del descubrimiento y revelación de secretos e informaciones relativas a la Defensa Nacional.

El artículo 598 sostiene que «el que, sin propósito de favorecer a una potencia extranjera, se procurare, revelare, falseare o inutilizare información legalmente calificada como reservada o secreta, relacionada con la seguridad nacional o la defensa nacional o relativa a los medios técnicos o sistemas empleados por las Fuerzas Armadas o las industrias de interés militar, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años».

‘Operación secreta’

En resumen: que Iglesias considera que el peligroso admirador de Manolo Escobar se encontraba poco menos que una operación secreta para procurar, revelar, falsear o inutilizar información reservada o secreta, relacionada con la seguridad nacional o la defensa nacional o relativa a los medios secretos de las Fuerzas Armadas. Todo un espía. Un auténtico comando que habría usado las coplas del popular cantante español para ocultar sus perversos fines geoestratégicos.

Ahora se entiende el «miedo» de la pareja gubernamental. El que denunciaron en sede judicial producido por el perverso peligro público nacional. «Con miedo, señoría». Así afirmaron sentirse Pablo Iglesias e Irene Montero. Con miedo y terror desde que ese mismo señor hizo sonar el muy terrorífico ‘Que viva España’ de Manolo Escobar ante su casoplón plagado de cámaras de seguridad y sensores de movimiento. Asustados y sin poder pegar ojo ambos -Pablo e Irene, Irene y Pablo, la pareja gubernamental- porque, a decenas de metros de su casa, con un muro infranqueable de por medio y tras una muralla de más de ocho agentes especializados en la protección de personalidades, un hombre, armado con su móvil, ha decidido dejar correr las notas de ese mítico «entre flores, fandanguillos y alegría, nació mi España, la tierra del amor», tal y como publicó OKDIARIO.

Todo un testimonio -por medio de videoconferencia, no vaya a ser que apareciera el hombre del móvil o una visión de Manolo Escobar en el juzgado- que el vicepresidente social y la ministra de Igualdad lanzaron ante el Juez para intentar que metan en prisión a Miguel Ángel Frontera, uno de los protagonistas de las caceroladas. En concreto, el que hizo sonar el himno de España y el muy aterrador ‘Que viva España’ del siempre tenebroso Manolo Escobar, y que ahora se enfrenta a penas de prisión en el juicio que ya se celebra en Collado Villalba tras la querella de Iglesias y Montero y la denuncia de la siempre atenta Fiscalía.

Y, todo, porque las penas de los delitos de los que acusan Iglesias y Montero a Frontera se incrementan a medida que su impacto crece en las supuestas víctimas. Y, claro, quién podría aguantar dentro y fuera del casoplón tremendas letras como aquellas de Manolo Escobar que aseguraban que «sólo Dios pudiera hacer tanta belleza. Y es imposible que pueda haber dos. Y todo el mundo sabe que es verdad. Y lloran cuando tienen que marchar. Por eso se oye este refrán. Que viva España. Y siempre la recordarán. Que viva España».

(Carlos Cuesta. OK Diario)

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