Como es habitual, en la marcha convocada por la ANC, los asistentes se han dirigido hacia la Estación de Francia. El gran ausente de esta edición es el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que mantiene discrepancias con la entidad convocante. De hecho, desde varios sectores del independentismo se critica la estrategia seguida por los republicanos, que apuestan por la mesa de diálogo con el Gobierno de Sánchez. ERC, a su vez, está enfrentado con su socio de coalición, JxCat.

Además de las anunciadas ausencias del presidente catalán y los consellers de ERC, a la manifestación tampoco han asistido ni Oriol Junqueras, ni Marta Vilalta, ni otros dirigentes de peso. El partido no está viviendo una Diada tranquila. Sus cabezas visibles han sido abucheadas y pitadas en el Fossar de les Moreres, un enclave emblemático para el independentismo, y en el acto floral de Barcelona en las ofrendas al monumento a Rafael Casanova.

Este año, la manifestación se ha celebrado bajo el lema ‘Tornem-hi per vèncer: Independència’ (Volvamos para vencer: Independencia) y los asistentes han comenzado la marcha al grito de ‘Independencia’. La protesta ha estado encabezada por Dolors Feliu, presidenta de ANC, y por el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, sin ningún dirigente de partidos independentistas en la primera fila.
En la manifestación también han participado cerca de 300 personas convocadas por los Comitès de Defensa de la República (CDR).
Fracaso de la Asistencia

Una de las grandes incógnitas de esta jornada era sobre la asistencia a la manifestación. Los organizadores habían estimado que la marcha de este domingo sería multitudinaria, pero ha sido un fracaso sin paliativos. Los separatistas toman su propia medicina.