El Sistema de pensiones actual: una estafa piramidal que condena a España

estafa piramidal de las pensiones

Las cotizaciones de los trabajadores activos actuales se cogen para financiar las pensiones de los que ya se han jubilado. Esto genera una necesidad constante de relevo en la base piramidal

Cada vez son más expertos los que califican el sistema de pensiones español como «una estafa piramidal», y desmontan los argumentos que intentan venderlo como sostenible. Sus advertencias chocan con el discurso oficial del sistema partitocrático que presenta la inmigración como la única vía para evitar el colapso. Esa tesis carece de rigor y alimenta una política que ignora el drama demográfico español y la realidad fiscal que sufre España.

El mecanismo que revela la estafa piramidal de las pensiones

La estafa piramidal del sistema actual de pensiones se aprecia cuando el sistema no reserva las aportaciones de cada trabajador para su jubilación. El Estado usa las cotizaciones de los empleados actuales para pagar las pensiones de quienes ya se han retirado. Y ese mecanismo exige una base piramidal siempre creciente.

Los defensores del discurso oficial atribuyen a la inmigración la posibilidad de salvar el sistema. La evidencia desmiente esa idea. El propio texto base lo resume sin rodeos: «La mayoría de inmigrantes no solo no aportan ni aportarán nada al sistema público de pensiones. Sino que además son y serán beneficiarios de prestaciones y de ayudas…»

Ese uso del gasto público provoca saturación permanente del sistema. La sanidad, la educación, la vivienda pública y los servicios sociales sufren un deterioro inadmisible. La ciudadanía vive esa degradación a diario: listas de espera interminables, aulas masificadas y servicios sociales sin capacidad para atender a quienes sí han sostenido el país durante décadas.

El sistema actual de pensiones se basa en un país con un superávit de natalidad. La realidad es que España no alcanza un índice que garantice el reemplazo generacional. Sin nuevos trabajadores nacionales suficientes, el sistema se aproxima al colapso.

El mito de la inmigración como salvación del sistema

El discurso dominante presenta a la inmigración como la gasolina necesaria para sostener el sistema. Numerosos expertos desmienten ese enfoque. Las sociedades europeas que lograron equilibrio demográfico lo hicieron gracias a familias estables, natalidad abundante, políticas que favorecían la natalidad y modelos fiscales basados en el esfuerzo propio.

Los números muestran que el sistema no soporta más carga y tampoco genera incentivos para aumentar la natalidad. La estafa piramidal del sistema actual de pensiones se agrava cuando la inmigración masiva consume más recursos públicos de los que aporta. Si ya el déficit de natalidad lo hace casi inviable, el tener que aguantar, además, el gravamen de la inmigración masiva lo colapsa. Esa realidad no admite maquillajes.

Además, los discursos que venden la inmigración como motor milagroso ignoran un principio básico: un sistema de reparto se mantiene únicamente cuando la población trabajadora supera claramente a la población beneficiaria. España retrocede justo en esa variable.

Europa busca alternativas: la mochila austriaca

Europa busca nuevos modelos. El ejemplo más citado es la mochila austriaca. Este mecanismo acompaña al trabajador durante toda su vida laboral. Cada empresa aporta una cantidad a esa mochila personal que el trabajador conserva incluso cuando cambia de empleo.

Ese modelo sustituye indemnizaciones imprevisibles y crea un ahorro real y acumulativo para el futuro. La estafa piramidal de las pensiones no tiene cabida en esa estructura porque cada ciudadano mantiene el control de sus aportaciones.

Austria redujo tensiones laborales, mejoró la movilidad y consolidó un sistema sostenible. España podría adoptar una versión propia y compatible con un periodo transitorio ordenado. Sin embargo, la clase política evita este debate y se aferra a un sistema quebrado.

Un país abocado al colapso si no actúa

El panorama se agrava cada año. La natalidad española sigue en mínimos históricos. La sociedad envejece. Los jóvenes emigran ante la falta de oportunidades. Y el Estado mantiene un gasto creciente sin base suficiente de contribuyentes.

El sistema actual de pensiones no resiste más parches. El sistema se agota y exige una reforma total que proteja a los españoles que sostienen el país.

La alternativa existe. El país debe decidir entre mantener un sistema quebrado o adoptar un modelo sostenible que respete la libertad y la responsabilidad individual.

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