España está dejando de ser católica: 1 de cada 4 templos son mezquitas o iglesias evangelistas

España deja de ser católica

La tercera confesión con más centros de culto abiertos en España son los Testigos de Jehová, por detrás de evangelistas y musulmanes.

España deja de ser católica y se encamina hacia una transformación religiosa preocupante. Hoy, 1 de cada 4 templos abiertos en el país ya no pertenece a la Iglesia católica.

Un país en retroceso espiritual

En España existen 30.949 templos religiosos, de los cuales unos 23.000 son católicos. Sin embargo, el crecimiento de otras confesiones deja un dato alarmante: 8.140 templos ya no son católicos, lo que representa un 26 % del total.

Este avance responde a la expansión de 17 confesiones diferentes, con un impacto directo en la identidad cultural y espiritual de España. El hecho de que 1 de cada 4 templos ya no sea católico evidencia una pérdida de raíces que amenaza la tradición y el futuro de nuestro país.

El auge evangelista y musulmán

Las iglesias evangélicas lideran la expansión con 4.572 templos, lo que equivale al 56 % de todos los centros no católicos. Están especialmente presentes en Cataluña, Madrid y Andalucía. En varias comunidades autónomas superan el 50 % de los centros religiosos distintos al católico.

En Asturias y Galicia sobrepasan el 60 %, y en Madrid y Cantabria llegan al 70 %. El segundo lugar lo ocupan las mezquitas y comunidades islámicas, con 1.908 centros, es decir, el 23 % de los templos no católicos.

La presencia musulmana crece al mismo tiempo que los datos demográficos confirman la llegada masiva de fieles islámicos: más de 2,5 millones de musulmanes ya viven en España, según el Observatorio Andalusí.

España deja de ser católica: impacto en municipios y ciudades

En 1.434 municipios españoles ya existe un templo no católico. Esto significa que el 17,6 % de las localidades cuentan con centros religiosos alternativos a la Iglesia.

En los pueblos de menos de 5.000 habitantes, la confesión más extendida es la musulmana, con 285 centros. Castilla-La Mancha (43), Navarra (39) y Cataluña (34) concentran buena parte de ellos.

En localidades de entre 5.000 y 50.000 habitantes dominan las iglesias evangélicas, tendencia que se repite en las ciudades medianas y grandes. En las urbes con más de 100.000 habitantes la diferencia resulta abismal: las iglesias evangélicas superan en 2.000 centros a las mezquitas.

La tercera confesión con más centros abiertos en España son los Testigos de Jehová, cuyos salones del Reino superan en número a las mezquitas en regiones como Asturias y Galicia.

España deja de ser católica: consecuencias culturales y sociales

La proliferación de mezquitas, templos evangelistas y centros de confesiones minoritarias no solo refleja un cambio religioso, sino también cultural. La España católica que defendió la unidad espiritual de la nación ahora asiste a un proceso de fragmentación religiosa que erosiona los valores que han cimentado nuestra historia.

Este fenómeno no es casualidad: responde a una política de puertas abiertas a la inmigración masiva, especialmente islámica, a la falta de compromiso del Estado en proteger la fe que nos ha dado identidad y a una jerarquía eclesial buenista y tibia doctrinal.

La presencia de más de 2,5 millones de musulmanes en España no solo multiplica mezquitas, también normaliza celebraciones como la Fiesta del Cordero, práctica cada vez más común en comunidades como Cataluña, Andalucía o Murcia.

La erosión de la España católica

El avance de otras religiones se ve acompañado por el debilitamiento de la Iglesia católica, asediada por legislaciones laicistas y por la falta de una firme defensa de la fe en el espacio público.

Cuando España deja de ser católica, pierde mucho más que templos: pierde cohesión, tradición y la base moral que durante siglos sostuvo la familia y la nación.

El hecho de que en casi una de cada seis localidades españolas ya haya un centro religioso no católico debería encender todas las alarmas. Las cifras no mienten: la tendencia es clara y se acelera cada año.

Si España deja de ser católica, se abre la puerta a un futuro incierto, marcado por la fragmentación cultural, la presión del islam y la penetración de sectas extranjeras. Defender la fe católica significa defender la identidad y la unidad de España.

La España católica se desvanece mientras las mezquitas y templos evangelistas ganan terreno. Los datos oficiales revelan una realidad que no podemos ignorar: España deja de ser católica y la consecuencia directa será la pérdida de identidad y soberanía cultural.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario