ERC avisa al PSOE: quiere a Junqueras en la presidencia de la Generalitat

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Lo apuntó el pasado domingo el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y los separatistas están dispuestos a todo para conseguirlo. El principal objetivo, ahora, es que los principales líderes del procés, condenados por el referéndum ilegal del 1 de octubre, vuelvan a ocupar un cargo institucional en representación de la ciudadanía. ERC, el partido al que la mayoría de sondeos dan como vencedor de las elecciones catalanas, previstas en principio para el 14 de febrero, y cuyo líder está cumpliendo una condena de más de 13 años, advierte al PSOE de que quiere que Oriol Junqueras pueda volver a ser elegido en las urnas cuanto antes.

Los independentistas, que defendían a capa y espada el aplazamiento electoral por motivos sanitarios, escondían tras esa petición su deseo de que en mayo el Gobierno haya tramitado ya los indultos y Junqueras pudiera encabezar la candidatura de Esquerra Republicana. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, dejando sin efecto el decreto de suspensión electoral y manteniendo la jornada para el segundo domingo de febrero, ha sido un auténtico varapalo para los intereses electorales de uno de los principales partidos catalanes. En el partido que lidera Junqueras no esconden el enfado con los socialistas, que si bien no han presentado recurso directamente, sostienen fuentes de los republicanos, han inducido parte de los que ha estimado el TSJC.

En ERC siguen empeñados en formar un Gobierno nítidamente separatista tras los próximos comicios. Eso descarta a una gran mayoría de los partidos que previsiblemente formarán el próximo Parlament. También al PSC, aunque en las filas socialistas barajan la posibilidad de contar con su apoyo en una hipotética investidura de Salvador Illa, si los números le dan al aún ministro de Sanidad. Los de Oriol Junqueras descartan por completo la posibilidad de reeditar otro tripartito, con los comunes y el PSC, y se lanzan en brazos de Junts per Catalunya y la CUP. Pese a que la relación entre estos partidos no ha sido de lo más cordial en los últimos cuatro años, con muchas tensiones y reproches, saben que no les queda otra.

Fuentes de los republicanos, que no comparten la suspensión del decreto de aplazamiento de las elecciones dictado de forma cautelar por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, no niegan incluso la posibilidad de que si los números son muy ajustados la política catalana se pueda encaminar hacía un bloqueo institucional similar al que ya vivió tras el rechazo de ERC a investir al ex presidente fugado Carles Puigdemont. En este caso los de Junqueras, si no ganan las elecciones y tienen asegurada la Presidencia, volverían a poner palos en las ruedas a una investidura de la imputada Laura Borràs para propiciar una repetición electoral.

Esa vuelta a las urnas, señalan las mismas fuentes, no tendría otro objetivo que presentar a Oriol Junqueras como presidenciable. Si Moncloa no retrasa el calendario para tramitar los indultos de todos los condenados por el procés, a juzgar por las palabras del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, alrededor del mes de abril el Consejo de Ministros podría dar respuesta a las múltiples peticiones que tienen sobre la mesa para exonerar de culpa a los políticos catalanes, algunos de los cuales, como el líder de ERC, sostienen el Gobierno que debe decidir si indultarle o no.

Paralelamente, el Ejecutivo de Pedro Sánchez también trabaja en la reforma del delito de sedición. Aunque a principios de otoño tanto en el PSOE, como en Podemos y en el independentismo, se fantaseaba con el horizonte de principios de año para llevar a cabo la reforma, por culpa de la pandemia y la tramitación con carácter de urgencia de los Presupuestos Generales del Estado, los trámites se han ido ralentizando. Hoy por hoy parece más probable que lleguen antes los indultos que esa modificación del Código Penal que, con efectos retroactivos, reduciría considerablemente la condena de los ex miembros del Govern.

Los independentistas, que aunque acatan la decisión cautelar del TSJC no la comparten, continuarán aportando argumentos al tribunal para que les dé la razón y haga efectiva la suspensión. La Generalitat ha entregado cincuenta páginas de razonamientos por los cuales se justifica la decisión que tomó el pasado viernes, en consenso con la mayoría de partidos con representación parlamentaria. Los servicios jurídicos del Govern trabajan a contrarreloj desde este miércoles en la redacción de un nuevo decreto, que tendría que firmar el presidente en funciones y líder efectivo de ERC Pere Aragonès, que en lugar de suspender las elecciones como hacía el anterior, dejaría por escrito únicamente el aplazamiento por razones sanitarias, al amparo del actual decreto del estado de alarma.

(Joan Guirado. Ok Diario)

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