La batalla por nuestras libertades

Época de cambio

Estamos en una época de cambio global, donde las libertades fundamentales, la identidad cultural y la soberanía nacional enfrentan amenazas sin precedentes. La crisis cultural y política exige reflexión y acción inmediata.

Un mundo más volátil que nunca

La época de cambio que vivimos difiere radicalmente de los años 60 y 70. Entonces, la sociedad atravesaba transformaciones culturales como la guerra de Vietnam, el movimiento por el amor libre y el feminismo. Sin embargo, la vida cotidiana no estaba sumida en el caos permanente como hoy.

El caos beneficia al marxismo-comunismo y al globalismo. Mientras el mundo se desestabiliza, estas ideologías ofrece soluciones a los problemas que ellas mismas generan. Hoy, los conflictos culturales y políticos se registran y difunden en tiempo real. Ignorar la situación requiere un esfuerzo deliberado de ceguera voluntaria.

La tecnología, que prometía libertad individual, ha sido utilizada para controlar y vigilar al ciudadano. La época de cambio exige comprender que cada acto, cada decisión y cada manipulación cultural tiene un impacto directo en nuestras sociedades y en nuestras libertades esenciales.

La amenaza de los globalistas y la UE

Los países antiinmigración se están uniendo dentro de la UE, formando un bloque que desafía al régimen comunista y globalista-burocrático que domina Bruselas. Cuanto más fuerte se vuelve esta resistencia, más se evidencian las intenciones totalitarias de los globalistas.

La época de cambio que enfrentamos no solo se mide en términos culturales y políticos, sino también en la lucha por la soberanía nacional. Permitir que industrias y gobiernos controlen la vida de los ciudadanos equivale a una dictadura moderna, disfrazada de soluciones progresistas-globalistas.

Esta situación requiere un ajuste de cuentas. La consolidación de poderes centralizados amenaza la libertad, la familia y la unidad de los pueblos europeos. Cada acción, cada ley y cada directiva debe analizarse bajo la óptica de la defensa de los valores fundamentales que hemos heredado.

La batalla civilizatoria y religiosa

Estamos ante una verdadera batalla de civilizaciones. La época de cambio se define por el choque entre Europa cristiana y occidental y la expansión de corrientes islámicas que rechazan las normas de los países anfitriones. La creación de islas culturales islámicas dentro de territorios europeos pone en riesgo la cohesión social y la identidad cristiana.

Muchos europeos defienden su cultura y religión sin odio hacia los migrantes. Su objetivo es preservar valores históricos, proteger la libertad religiosa y mantener el legado civilizatorio que garantiza la convivencia. La defensa de estas fronteras culturales es un deber de quienes valoran la historia y la estabilidad de sus naciones.

El comunismo, el islamismo radical y la manipulación global forman un frente común que amenaza nuestra libertad, nuestra familia, nuestra religión y la unidad nacional. La época de cambio no solo requiere resistencia, sino también planificación estratégica para proteger la vida, la educación y la fe.

Tecnología y libertad individual

La tecnología, que prometía emancipación, se ha convertido en un arma contra el individuo. Sistemas de vigilancia, manipulación cultural y control ideológico muestran que los avances tecnológicos pueden reforzar el poder centralizado y disminuir la autonomía personal.

En esta época de cambio, es imperativo usar la tecnología como herramienta de defensa y conocimiento, no como instrumento de sumisión. El individuo informado y preparado puede resistir los intentos de coacción cultural y política, preservando la libertad de expresión, la educación en valores y la identidad familiar.

El desafío es coordinar esfuerzos para defender la libertad, concentrar la intención política y social y proteger las fronteras culturales y religiosas que constituyen la esencia de nuestra civilización.

El deber de actuar ahora

La época de cambio que enfrentamos exige decisiones inmediatas. Defender la familia natural, nuestra fe, la vida desde la concepción hasta la muerte natural y la unidad de España no es opcional. Es un mandato moral y cívico ante un mundo que busca fragmentar sociedades mediante ideologías hostiles.

Detener el marxismo y el globalismo, controlar la inmigración masiva que amenaza la cohesión cultural y religiosa así como resistir la expansión de ideologías religiosas que no respetan el marco europeo son responsabilidades de cada ciudadano consciente. La historia no perdona la inacción.

Cada medida, cada debate y cada iniciativa deben ser orientadas a consolidar la libertad individual, preservar la fe cristiana y garantizar que los principios que nos han permitido prosperar no se pierdan en la manipulación global.

Esta época de cambio no es un accidente ni una casualidad. Es la consecuencia de décadas de ideologías que buscan dominar al hombre libre. La lucha no es solo política; es civilizatoria, cultural y espiritual.

Cada decisión consciente contribuye a mantener la libertad que otros han defendido antes que nosotros.

La historia demuestra que los momentos de crisis son también oportunidades de renovación y defensa de valores eternos. La época de cambio actual es, a la vez, amenaza y oportunidad: depende de nosotros decidir si sucumbimos o si protegemos nuestro legado y nuestras libertades.

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1 comentario en «La batalla por nuestras libertades»

  1. El Islam es un problema, que no sé si vamos a poder remediar porque ya se «nos ha metido hasta la cocina» y parece ser que la Iglesia no tiene un revulsivo contra él, aunque ya sabe que estos a los infieles se los «cepillan», como en Nigeria.

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