Elon Musk confirma: USAID será cerrada bajo la Administración Trump | Steven W. Mosher

Durante décadas, Population Research Institute ha insistido de todas las formas posibles para que Estados Unidos abandone la promoción global del aborto, la esterilización y la distribución de anticonceptivos. La política de control poblacional comenzó hace más de medio siglo con la advertencia de un supuesto cataclismo social, político y económico debido al crecimiento demográfico.

Con el tiempo, quedó en evidencia que esta crisis era infundada, un fraude que no solo afectó a la economía estadounidense, sino que también redujo drásticamente la natalidad en numerosas naciones.

Aun así, ni siquiera los más optimistas habrían imaginado que un presidente de Estados Unidos desmantelaría de manera tajante toda la estructura anti-niños, anti-natalista (y de hecho, anti-humana).

Sin embargo, según recientes declaraciones de Elon Musk, eso es exactamente lo que está ocurriendo bajo la administración Trump.

USAID ha sido clausurada, su sitio web no funciona y sus miles de empleados han sido puestos en licencia remunerada. Ya no se les permite entrar en sus oficinas y se les ha bloqueado el acceso a los sistemas informáticos de la agencia mientras DOGE realiza una auditoría cuidadosa de lo que ha estado haciendo la agencia corrupta.

Musk, a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), confirmó la decisión: «Estamos cerrando (la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Hablé con el presidente en detalle y él estuvo de acuerdo en que debíamos clausurarla.”

En efecto, USAID ha sido clausurada. Su sitio web está inactivo, sus empleados han sido enviados a licencia remunerada y se les ha bloqueado el acceso a sus oficinas y sistemas informáticos. Mientras tanto, DOGE realiza una auditoría cuidadosa de lo que ha estado haciendo la agencia corrupta.

Las razones detrás del cierre

Hace tiempo que soy muy crítico con USAID por muchas razones. La organización ignora sistemáticamente las leyes pro vida de los países en los que opera para promover el aborto dentro de sus fronteras. Intenta convertir rincones inocentes e intactos del mundo en Sodoma y Gomorra financiando programas de educación sexual pornográfica y de ideología de género. Y obliga a los países a adoptar programas de limitación de la población so pena de no recibir ayuda extranjera.

Pero sus actividades han ido aún más lejos. La agencia también ha sido señalada por financiar laboratorios biológicos en China, apoyar organizaciones terroristas en Oriente Medio, impulsar programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y participar en campañas de censura global. Incluso ha interferido en la política interna de Estados Unidos al canalizar fondos hacia ONG vinculadas al Partido Demócrata.

El presidente Trump ha dicho que la USAID está “dirigida por un grupo de lunáticos radicales”. Y no es una exageración. Samantha Power, quien dirigió la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional durante el gobierno de Biden, era una de esas radicales que utilizaban la ayuda exterior estadounidense para promover el aborto y la agenda LGBT.

¿Qué sigue ahora?

Después de echar un vistazo a la documentación oficial de USAID, Musk ahora ha ido aún más lejos y ha descrito a la agencia como una “organización criminal”.

No podría estar más de acuerdo. Ha violado las leyes de Estados Unidos y de muchos de los países (incluidos los países democráticos) en los que ha operado. Ha destruido mucho y sin posibilidad de reparación.

El plan ahora es cerrar la agencia y trasladar las decisiones sobre ayuda exterior al Departamento de Estado, colocándola bajo la supervisión del Secretario de Estado, Marco Rubio. Rubio ha dicho que cualquier ayuda futura aprobada por el Departamento de Estado tendrá que alinearse a la política exterior de la administración Trump.

Y esa política exterior incluye la Política de la Ciudad de México, que prohíbe que se utilicen fondos estadounidenses para realizar abortos, promover abortos o presionar a favor de la legalización del aborto. También incluye la prohibición de financiar cualquier programa de aborto forzado o esterilización coercitiva, o la locura de género que ha adoptado la izquierda radical.

Ante esta decisión, los senadores demócratas han expresado su indignación, argumentando que el presidente no tiene la autoridad para cerrar la agencia sin la aprobación del Congreso. El problema con ese argumento es que la agencia fue creada en 1961 por decreto ejecutivo, lo que sugiere que puede ser abolida por un solo decreto.

Mientras estamos a la espera de la confirmación oficial sobre el cierre definitivo de USAID, estaremos atentos a los principales grupos de control demográfico y abortista. Se trata de organizaciones que han recibido cientos de millones de dólares a lo largo de los años para realizar el trabajo sucio de USAID en materia de abortos.

Ellos también están dirigidos por “lunáticos radicales” que desprecian a la mayoría de sus semejantes y quieren reducir drásticamente la población mundial.

Y cuando el Departamento de Estado decida reanudar ciertos proyectos de ayuda exterior, estaremos atentos para asegurarnos de que estos grupos nunca más sean los receptores de los dólares de impuestos que pagan los norteamericanos.

Steven Mosher es presidente de Population Research Institute

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