El separatismo en España avanza: La nueva hoja de ruta de la ANC prevé la independencia de Cataluña para 2028

La nueva hoja de ruta de ANC fija el horizonte de la independencia en 2028

El separatismo catalán no ha muerto. Aunque parecía debilitado tras el fracaso del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, el movimiento independentista ha sabido dar un paso atrás para ahora volver con renovadas fuerzas. La nueva hoja de ruta presentada este fin de semana por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) fija el horizonte de la independencia en 2028, contando con el respaldo de partidos como ERC, Junts y, de manera implícita, con la complacencia del PP y el PSOE. El asalto separatista está servido.

El plan de la ANC: independencia en tres años

La Asamblea Nacional Catalana, principal bastión del separatismo, ha desvelado su estrategia para reactivar el denominado procés. Con un documento estratégico aprobado por el 83% de sus socios, la entidad asegura que es posible alcanzar la independencia en un plazo de tres años. Esta hoja de ruta coincide con el final de la legislatura actual, un momento que consideran propicio para actuar. Según el documento, la estrategia pasa por «paralizar y controlar» Cataluña mediante huelgas y desobediencia civil, al estilo de las protestas del 3 de octubre de 2017.

Pese a las declaraciones del Gobierno catalán, liderado por Salvador Illa, de que «la sociedad catalana ha pasado página» de los años convulsos del procés, la ANC sostiene que el escenario económico podría ser el detonante para un nuevo empuje hacia la independencia. A este respecto, la entidad afirma contar con una «estrategia viable» para materializar sus objetivos.

El apoyo de ERC, Junts y otros actores separatistas

En un dicho acto celebrado en el Ateneo Barcelonés, la ANC presentó los pasos a seguir para lograr su objetivo en los frentes civil, institucional e internacional. Al evento acudieron figuras destacadas del independentismo, como el secretario general de Junts, Jordi Turull, así como representantes de ERC y la CUP. También estuvieron presentes entidades afines como Òmnium Cultural, la Intersindical, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) y el Consell de la República, controlado por Carles Puigdemont y con aspiraciones de liderazgo por parte de Toni Comín.

Aunque la ANC afirma que no actuará como «muleta» de los partidos independentistas ni participará en la «gestión autonomista de la colonia», mantiene críticas hacia los pactos de ERC y Junts con los socialistas tanto en el Parlament como en el Congreso. Esta postura deja claro que la entidad busca liderar el procés desde fuera de las instituciones, apelando a la movilización social y la «lucha no violenta» como herramientas clave.

Un apoyo político implícito que preocupa

Resulta alarmante la pasividad de los principales partidos nacionales, como el PP y el PSOE, frente a este resurgir separatista. Mientras la ANC y sus aliados trazan un plan concreto para la independencia, desde Madrid las respuestas son ambiguas y carentes de firmeza. La “complacencia tácita” de estas formaciones políticas, que a menudo priorizan los acuerdos coyunturales en detrimento de la defensa de la unidad nacional, está facilitando el terreno para que el separatismo avance.

Los bancos y empresas que abandonaron Cataluña tras el intento fallido de independencia en 2017 comienzan a regresar, interpretando la aparente estabilidad como una señal de que el conflicto ha quedado atrás. Sin embargo, esta calma es solo superficial. La nueva hoja de ruta de la ANC demuestra que el movimiento sigue vivo y que su determinación está intacta.

Hacia la ruptura de la unidad nacional

El separatismo catalán no ha muerto; al contrario, sigue más vivo que nunca, ha demostrado su capacidad de adaptarse y reorganizarse y 2028 podría ser el año en que intenten consumar su objetivo.

La unidad de España está siendo amenazada una vez más por quienes no dudan en dinamitar el orden constitucional. El fracaso del 1 de octubre de 2017 demostró que el separatismo puede ser contenido, pero también que no se puede bajar la guardia. La ANC, con el apoyo de ERC, Junts y otros actores independentistas, está preparando el terreno para un nuevo asalto a la legalidad y la soberanía nacional.