El PP blanquea a Sánchez mientras España se hunde

Con el PSOE envuelto en gravísimos escándalos de corrupción y señalamientos de la Guardia Civil sobre la existencia de una organización criminal en la cúpula del partido, lo lógico sería esperar una oposición firme y implacable. Pero no. El Partido Popular, en lugar de alzar la voz y luchar en contra de la corrupción, ha preferido blanquear a Sánchez, mantener los puentes con el régimen y traicionar a su electorado. El PP blanquea a Sánchez sin ningún pudor.

Según un informe demoledor de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil), existe una red de pagos y mordidas que implica directamente a altos cargos del PSOE, entre ellos al poderoso secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, a quien se señala como el encargado de “gestionar los pagos” dentro de una trama de corrupción estructurada y jerarquizada. Estamos ante hechos de una gravedad extrema, que en una democracia sana habrían provocado ya dimisiones en cascada y un adelanto electoral inmediato.

Pero mientras España asiste estupefacta a este escándalo, el PP prefiere hacer de cómplice. En lugar de romper toda relación con un Gobierno en descomposición moral e institucional, el portavoz del PP, Borja Sémper, ha afirmado: “Nosotros no romperemos todos los puentes con el Gobierno. Si el Gobierno nos llama para debatir una ley, acudiremos”. Una declaración que demuestra que el PP blanquea a Sánchez en vez de ejercer de alternativa real.

Un Gobierno corrupto y un PP servil

Lo que está sucediendo no es un simple caso más de corrupción política. Se trata de la confirmación de que el PSOE se ha convertido en una organización criminal para mantenerse en el poder a toda costa y que debería ser ilegalizado. Las pruebas son demoledoras y no hay lugar para matices. Mientras tanto, el PP actúa como si nada pasara, acudiendo sumisamente a las reuniones con Yolanda Díaz, mientras los españoles exigen justicia y responsabilidad.

En este escenario tan crítico, el PP blanquea a Sánchez y con ello se convierte en cómplice de la deriva autoritaria e inmoral de este Gobierno. Quien ampara y protege al delincuente, lo es también por omisión o colaboración. No se trata solo de tibieza política, se trata de complicidad activa. El PP debería ser acusado públicamente de traicionar no solo a su electorado, sino a toda la nación.

Como hemos advertido desde este Diario en numerosas ocasiones, el bipartidismo PSOE-PP se ayudan, se blanquean mutuamente y jamás cruzan ciertas líneas. Cuando un partido del régimen cae, el otro lo sostiene para que no arrastre al sistema con él. El PP blanquea a Sánchez no por debilidad, sino porque son lo mismo con distinto envoltorio, porque ambos partidos están atados por pactos ocultos y por una obediencia vergonzosa a los dictados de la agenda 2030, el globalismo y la disolución de la soberanía nacional.

La responsabilidad moral del PP: una traición a España

No se puede callar más ante esta traición. El PP blanquea a Sánchez con una actitud cobarde, pusilánime y desleal. Su deber es estar al lado de los ciudadanos, denunciar la corrupción, exigir elecciones, llevar a Sánchez a los tribunales y romper todo lazo con quienes están destruyendo España.

Pero no lo hacen. Van de la mano con aquellos que atacan la unidad de la patria, que imponen ideologías totalitarias desde las aulas, que humillan a las víctimas del terrorismo pactando con Bildu, y que convierten la administración pública en una red clientelar.

España no necesita un PP que colabore con el mal menor. Necesita una oposición valiente, patriótica y sin complejos, que denuncie con firmeza la corrupción estructural del PSOE y rompa definitivamente con este falso bipartidismo. Lo del PP no es falta de estrategia. Es una traición política, moral y nacional.

El PP ha cruzado una línea roja. Ya no es simplemente un partido tibio. Es un partido cómplice de la destrucción de España. Mientras el PSOE se descompone por dentro, el PP se asegura de que nadie lo derribe del todo. Porque caería con él el régimen bipartidista que los mantiene a ambos.

La única salida es la ruptura con este modelo caduco. La verdad es clara: quien no combate al traidor, lo ampara. Y quien blanquea a Sánchez, traiciona a España.