El liberalismo y sus desencantados | Francis Fukuyama

El liberalismo y sus desencantados
Cómo defender y salvaguardar nuestras democracias liberales

El nuevo libro del ensayista, politólogo y pensador estadounidense Francis Fukuyama, trata de sentar las bases teóricas del liberalismo clásico y de exponer algunas de las razones por las cuales ha generado desencanto y oposición. «Si queremos preservar el liberalismo como forma de gobierno, tenemos que entender las causas de dicho desencanto«, afirma. Su intención no es abordar una larga lista de temas y respuestas políticas, como el empleo, la política sanitaria, la inmigración o la regulación de internet, sino apuntar algunos principios generales que deberían guiar la formulación de políticas más específicas y que emanan de la teoría subyacente. Se trata, por tanto, de un ejercicio de pensamiento y enfoque profundo que busca influir y orientar.

Aunque para su promoción se ha presentado como un alegato contra los líderes como Trump, Bolsonaro, Orban o Kaczynski, lo cierto es que se centra en la realidad política de Estados Unidos y realiza una serie de críticas que van desde el ámbito conservador hasta la izquierda progresista. A ésta la que describe como incapaz de asumir la auténtica diversidad del país, que es también política y religiosa, a causa de la teoría crítica que se ha erigido como su gran estructura intelectual, haciendo del descarte completo su forma de gobierno. En este sentido, calificar de intolerancia y prejuicio a los temas morales importantes es un ejemplo.

Para Fukuyama, las instituciones estadounidenses han decaído con el tiempo, volviéndose más rígidas y difíciles de reformar, ya que están siendo monopolizadas por las élites. La polarización política no ha logrado abordar muchas tareas de gobierno, como por ejemplo, aprobar los presupuestos anuales, lo que afecta a la compleja estructura constitucional de controles y contrapesos. Para él, la clave es lograr gobernar la diversidad real existente en la sociedad y generar un alto nivel de confianza en el poder ejecutivo. La cuestión de un Estado moderno es la calidad del gobierno y no considerar que el PIB y el crecimiento económico es la única medida de éxito. Uno de los aspectos que me ha parecido más relevante es la necesidad de desarrollar y poner en funcionamiento el principio de la subsidiariedad. El reto del federalismo sería transferir el poder a los niveles inferiores del gobierno que sean apropiados.

En cuanto a los principios, también señala la necesidad de proteger la libertad de expresión, el dar la primacía a los derechos individuales sobre los de los grupos culturales, y el reconocer que la autonomía humana no es ilimitada. La última reflexión trata de la necesaria virtud de la templanza, en el sentido de que la moderación política implica no buscar la mayor emoción ni el máximo logro. La realización que propone en su ensayo surge de la necesidad de aceptar límites. Finaliza el libro con esta afirmación: «Recuperar un sentido de la moderación, tanto individual como colectivo es por tanto, la clave para el resurgimiento -de hecho, para la supervivencia- del propio liberalismo«.

Editorial Deusto

173 páginas