El fin del transporte como lo hemos conocido: el proyecto globalista aprobado en Francia | Javier Villamor

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Francia pone en marcha una de las propuestas estrella de su ley climática de 2021: la prohibición de vuelos nacionales en trayectos inferiores a las dos horas y media. Se suprimirán un 24% de los vuelos, pero, en cambio, las emisiones de CO2 caerán sólo un 3,84%.

La aprobación de la legislación para reducir las emisiones de carbono en el país vecino provocó hace dos años un gran revuelo porque suponía una transformación total del sistema de transportes del país y no ha contentado ni a partidarios ni retractores: los primeros, por considerarla insuficiente; los segundos, por las limitaciones que supone al estilo de vida de la mayoría de los ciudadanos que son los que realmente verán limitada su movilidad. La ley también pretende revisar la vivienda y la industria.

La misma ministra francesa de Transición Ecológica, Barbara Pompili, declaró que la legislación marcaba un «cambio cultural» y, como no, de arriba abajo. Una nueva transformación dirigida.

Qué supone

En cuanto a vehículos se refiere, para 2025 las ciudades francesas de más de 150.000 habitantes tendrán que crear zonas de bajas emisiones con límites de velocidad más estrictos y acceso restringido para algunos de los vehículos más antiguos y contaminantes, ya funcionen con gasóleo o gasolina. Se estima que un tercio del parque móvil del país quedará excluido de estas zonas. Para 2030, los vehículos más contaminantes tendrán prohibido la circulación, sea por la vía que sea. En este orden, el gobierno ha lanzado la pegatina Crit’Air que identificará la categoría de cada vehículo y así facilitar su reconocimiento por las fuerzas de seguridad del Estado.

Un ejemplo español que ya existe y sigue generando polémica es Madrid Central, instalado por Manuela Carmena. El actual alcalde del Partido Popular, José Luis Martínez-Almeida, prometió como eje de campaña en la anterior legislatura eliminarlo y no solo no lo ha eliminado, sino que lo ha ampliado. Como se puede apreciar, determinados políticos venden este tipo de medidas como ideas propias pero son aplicadas de manera idéntica en otros países en plazos de tiempo muy semejantes.

En cuanto al transporte aéreo, la propuesta inicial era eliminar todos los vuelos de cuatro horas o menos de duración, lo que eliminaba de un plumazo todo viaje en avión a nivel nacional. Si se atiende a los datos oficiales, «las emisiones de CO2 del transporte aéreo en Francia ascendieron a 10,3 Mt (millones de toneladas), de las cuales 7,4 Mt (71,5 %) para el transporte aéreo internacional (estimación TARMAAC) y 2,9 Mt (28,5 %) para el transporte nacional (incluidos los territorios de ultramar)». Entre 2000 y 2020, «las emisiones del transporte aéreo disminuyeron un 49,3 % para un número de pasajeros-equivalente-kilómetro transportado (PKTeq) hasta un 31,9 %, es decir, una disminución del 25,6 % en las emisiones unitarias (emisiones por pasajero-equivalente-km-transportado) correspondiente a una disminución promedio de 1,5% por año».

La emisión de CO2 en total no ha dejado de descender en los últimos años, razón por la cual muchos se preguntan hasta qué punto era necesario forzar este tipo de medidas. Respecto a los combustibles, la ley prohíbe la publicidad de combustibles fósiles y para 2028 la de los vehículos más contaminantes (más de 123 gramos de CO2/km).

La legislación no deja fuera los hábitos alimenticios. Para este año, los comedores escolares tendrán que ofrecer un menú exclusivamente vegetariano al menos una vez a la semana. En los edificios de la administración pública los comedores tendrán que ofrecer opciones vegetarianas todos los días.

La infraestructura es inadecuada

Más allá de la interpretación y puesta en práctica de la ley, Francia tiene un problema de infraestructuras ferroviarias de alta velocidad. La parte norte y periferia está bien conectada, pero la mayor parte del centro/centro-sur no. Los cuatro principales servicios de tren en Francia son:

– TGV: alta velocidad

– TER: regionales

– Intercités: larga distancia de vía estrecha

– OUIGO: servicio de bajo coste

Imposición de Bruselas

La ley climática europea entró en vigor el 29 de julio hecho que marca las legislaciones nacionales al respecto. Es decir, no son ideas de ecologistas o de políticos nacionales concienciados con el medio ambiente, sino que son leyes motivadas por decisiones supranacionales. En este caso tomadas en Bruselas.

Los objetivos fijados por la Bruselas:

  • Fijar la orientación a largo plazo para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050 a través de todas las políticas.
  • Establecer un objetivo más ambicioso de la UE para 2030, con el fin de facilitar la neutralidad climática en 2050.
  • Crear un sistema de seguimiento de los avances y adoptar nuevas medidas en caso necesario.
  • Proporcionar previsibilidad a los inversores y otros agentes económicos.
  • Garantizar que la transición hacia la neutralidad climática sea irreversible.

El último punto es el más preocupante. Desde Bruselas quieren asegurarse de que sea imposible volver a emitir CO2 en un futuro. Por ahora no existe una industria neutral climática. Se puede reducir las emisiones, y es una causa justa, ¿pero a qué se refieren con neutralidad climática? Se están estudiando combustibles sintéticos «neutros» que supondrían lo emitido por lo absorbido, pero eso dista mucho de ser equiparable a una neutralidad en todos los niveles.

Mensajes demasiado vagos, bienpensantes y poco definidos. Sea como sea, los cambios ya están surgiendo efecto en nuestro día a día. Francia es la primera en eliminar este tipo de vuelos, ¿quién será el próximo? El gobierno de Pedro Sánchez ha dejado claro que desea limitar la movilidad a través del cobro de peajes en vías ya pagadas a través de los impuestos. El aumento del coste se disparará y será una de las maneras para presionar con el objetivo de reducir el uso de transporte privado.

(Javier Villamor/Gaceta)

1 comentario en «El fin del transporte como lo hemos conocido: el proyecto globalista aprobado en Francia | Javier Villamor»

  1. Es insoportable la dictadura a todos los niveles que han decidido unos cuantos gerifaltes mundiales a los que no se ha votado pero que están controlando nuestras vidas. Es preciso una respuesta del ciudadano: votando a partidos que se opongan a ello, para empezar. Y manifestándose a nivel particular y desobedeciendo sus mantras.

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